El por qué a muchos nos gustan las series y películas de suspenso policíaco puede tener tantas explicaciones como arena en la playa. Lo cierto es que en el grupo de los aficionados a la narrativa criminal coinciden un gustillo por la adrenalina que provocan estas escenas; la idea de resolver el misterio al mismo tiempo que los protagonistas; y el poder de disfrutar el miedo en un modo controlado, desde la seguridad del sillón.