Ramón Barranco resume estos diez años del Teatro Sánchez Aguilar (TSA) en dos palabras: emocionantes y gratificantes. Como director artístico del espacio ha sido testigo de dos nacimientos del teatro, el 16 de mayo de 2012 cuando se inauguró con la obra Estado de ira y el 15 de agosto de 2020 cuando se reaperturó con el musical Vivir es un cabaret, tras cinco meses cerrados a causa de la pandemia. Y es que este español siempre supo que poner en marcha un teatro de tal envergadura era todo un reto profesional que siempre asumieron en equipo, con amor y con el lema ”todas las semanas, algo nuevo que disfrutar”.