La probabilidad de que Elon Musk reúna a varios inversores extranjeros para que lo ayuden en la adquisición de Twitter preocupa al gobierno estadounidense. Eso, sumado a las revelaciones del diario The Washington Post sobre despidos a gran escala, tanto si se cierra la compra de Musk como si no, hicieron caer las acciones de la red social en Wall Street este viernes.

Las acciones de Twitter caían un 3,87 % en los compases previos a la apertura, después de que el jueves The Washington Post divulgara los supuestos planes de Elon Musk de deshacerse de parte de su fuerza laboral, aunque Twitter aseguró anoche a sus empleados que no tiene planes de llevar a cabo despidos a gran escala.

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De acuerdo con el diario, que asegura haber obtenido documentos sobre las últimas conversaciones entre el multimillonario Elon Musk y los eventuales inversores que lo ayudarán a cerrar la compra de la red social, el magnate tiene planes para deshacerse del 75 % de la plantilla que trabaja en Twitter hasta dejarla en unas 2.000 personas.

En un correo electrónico interno, el abogado principal de Twitter, Sean Edgett, indicó que la empresa no está preparando despidos, solo unas horas después de que el Post saliera con su información.

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Entre los posibles inversores para Twitter se encuentran el príncipe Alwaleed bin Talal de Arabia Saudita; Binance Holdings, una empresa dirigida por un nativo chino; y el fondo de riqueza soberana de Qatar.

Debilitaría a Twitter

El Post señala que esos recortes pueden afectar a la capacidad de la red social de controlar el contenido dañino u ofensivo -como la pornografía infantil, por poner un ejemplo-, así como para prevenir brechas en la seguridad de los contenidos.

Según los documentos consultados por el diario y testimonios de otras fuentes, los recortes no solo afectarían al personal, sino también a la infraestructura de la empresa y, concretamente, a los centros de datos que permiten el funcionamiento de esta red que consultan al día más de 200 millones de usuarios.

Estos recortes -continúa el Post- son los que explican la ansiedad con que Twitter ha tratado de cerrar la venta a Musk por 44.000 millones de dólares, pues así haría que el equipo directivo actual dejara las decisiones más dolorosas al nuevo equipo.

Si bien Musk, de 51 años, aún no ha comentado sobre la posibilidad de una investigación, simplemente se rió de la idea en Twitter de que la administración de Biden podría ser la que lo detenga por lo que dijo que está “pagando demasiado” por la compañía de redes sociales. El costo del acuerdo afectaría aún más la fortuna de Musk, ya que se revela que ha perdido más de $ 100 mil millones de su patrimonio neto.

El hombre más rico del mundo apareció en los titulares en noviembre pasado después de que su riqueza se disparara a $ 320,3 mil millones, pero casi un año después, Forbes estima que su fortuna actual tuvo una caída hasta situarse en $ 209,4 mil millones.

Si no hay nuevos capítulos en este novela de Twitter, la compra por parte de Musk se cerrará el próximo 28 de octubre, y ese día él pasará a ser el dueño único de la red social, y podrá llevar a cabo todos sus planes.

Sobre satélites Starlink

Además, funcionarios de la administración Biden están discutiendo si Estados Unidos debería someter a algunas de las empresas de Elon Musk a revisiones de seguridad nacional, incluido el acuerdo de Twitter y la red satelital Starlink de SpaceX.

Hace una semana, el siempre polémico Elon Musk había advertido que SpaceX no podría asumir indefinidamente los costos de Starlink en Ucrania, aunque a día siguiente se comprometió a continuar financiando la red de internet de forma gratuita, para apoyar al gobierno de Ucrania en la guerra que libra con Rusia.

Las terminales Starlink han permitido a los comandantes y unidades ucranianos comunicarse en el campo de batalla cuando Rusia ha desconectado sus redes habituales, y han demostrado ser vitales para el esfuerzo de guerra. También han ayudado a las tropas ucranianas a controlar drones que ayudan con el reconocimiento, los ataques a los tanques enemigos y la dirección del fuego de artillería.

El hombre más rico del mundo, con una fortuna personal superior a los $ 200 mil millones, dijo que a la empresa SpaceX le está costando $ 20 millones por mes mantener la red que mantiene en funcionamiento aproximadamente 20.000 terminales Starlink en Ucrania y que no es sostenible. Habló solo unos días después de tuitear un “plan de paz” que proponía entregar partes del territorio ucraniano a Rusia, lo que provocó un enfrentamiento con el presidente Zelensky y vio al embajador Andreij Melnyk decirle que “se fuera a la mierda”. (I)