El cantante y productor venezolano Miguel Moly está en Guayaquil, una ciudad en la que, cuenta, le faltaba cantar en un evento masivo, después de haber recorrido la Sierra y la Amazonía ecuatoriana con sus amigos de la Orquesta Tropicalísima, con quienes animará la fiesta Décadas inolvidables, en Santa Ana Garden, el sábado 30 de agosto.
Ese grupo es especial para él, pues juntos han reversionado algunos de sus clásicos en los géneros de paseíto y cumbia nacional; los dos últimos han sido Dulcemente bella y Yo por ti, con videoclips grabados en el Puerto Principal. En más de una década de colaboraciones han grabado clásicos como Junto a tu corazón, Siempre, siempre, Mamita mía, pero el primero fue el popular tema ecuatoriano A la voz del carnaval, en la voz de Moly, con el sonido, la estética y el humor de Tropicalísima, orquesta dirigida por el pianista Leo Guartazaca.
Desde hace diez años, además, Guartazaca es el mánager del músico caraqueño, como relatan en una divertida entrevista a su llegada a esta ciudad.
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“Esta música no pasa de moda”, dice Moly, hablando del tecnomerengue, en el que se ha distinguido durante 36 años. “Es una maravilla. Me alegro mucho de ver que Karol G está con una canción Papacito, que es un tecnomerengue como el que hacemos nosotros. Son tantos años y nos escuchan en las fiestas, en las radios, donde vayas siempre hay un set de tecnomerengue y la gente lo disfruta”.
Le gusta por su versatilidad. “Si escuchas, por ejemplo, Junto a tu corazón, no se parece a Yo por ti, son ritmos distintos; es que dentro del tecno están la tecnocumbia, la tecnolambada, el tecnovallenato y el merengue, pero todo lo agrupamos como tecnomerengue; no aburre porque las canciones son totalmente diferentes. Es un género con mucha clase, que le gusta a todo el mundo”.
Recuerda que en 2004 cantó en el coliseo Voltaire Paladines Polo con Wilfrido Vargas, los Hermanos Rosario, Oro Sólido, y conserva el buen recuerdo de esa época. “Te puedo decir con mucho orgullo que nosotros cerramos el espectáculo y refrescante para la gente, siento que (al público ecuatoriano) le gusta más el tecno, es más bailable, las letras son más bonitas, podemos entender lo que estamos escuchando…”.
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Y sobre todo, agrega, es entrar en una zona de nostalgia. “Poder cantar con la orquesta Tropicalísima en Ecuador es una maravilla, Leonardo es una persona muy organizada, lo he visto crecer en estos años, a todo nivel”. Inicialmente fue su representante, Moly viajaba con otra orquesta. “Soy un poquito precavido con los músicos, tiene que ser una buena orquesta, que suene muy bien, para que el sonido internacional no se pierda. Él me convenció”. Ahora son 28 artistas y técnicos que viajan en un bus llevando música andina y tropical por el Ecuador.
“Mi música está en el corazón de todo ecuatoriano”, afirma Moly sin dudar. “Cuento mucho con ellos en el exterior. Cuando voy a Nueva York me contratan empresarios ecuatorianos y eso siempre está lleno. La gente me ve y empieza a llamar a su familia en Ecuador: ‘Mira, estoy con Miguel’. Se agradece mucho eso”.
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Esa combinación de Venezuela y Ecuador, aseguran, ha llegado a la gente. Es el impacto de la voz del artista original. Moly conoció a Guartazaca en 2012, cuando este lo contrató para cantar en Guayaquil. Tiempo después dejó a la orquesta con la que andaba y también al mánager de entonces. “Uy, eso fue una bendición”, ríe el intérprete de La morena, y evita dar nombres. “Mira, esta carrera es muy bonita y hay que disfrutarla. Leo lo trata a uno como lo que es, un artista, con ese cariño. A veces nos toca pasar en sitios que no son tan buenos o de pronto nos quedamos dañados. Una vez se nos fue el chofer y tuvo que manejar uno de los músicos”. Pero lo toma con buen talante. “Así toca”.
Miguel Moly alterna entre Miami (desde 2013) y Caracas. Su novia, la cantante de tecnomerengue Elymar Zurita, vive en Venezuela, y el año pasado abrió uno de los conciertos de él en Puyo.
Su familia también es artística, sobre todo Jonathan Moly, que fue integrante de Salserín en sus comienzos. “Ha grabado con Luis Enrique, con Jerry Rivera, con Sergio George. Y con el grupo de rock Hoobastank, logró que esos gringos cantaran salsa con él (The Reason). Estoy muy orgulloso de mi hijo”, dice del músico que nació del matrimonio con la actriz Inés María Calero.
Hace poco, ella compartió un video de la boda de ambos, oficiada y televisada en 1993, con Los Melódicos musicalizando la fiesta. El corto se hizo viral por las celebridades que aparecían bailando, y también por la buena onda de Inés María. Moly confirma que se llevan bien. “Ahora sí, al principio estuvo difícil, como todo el que se recién separa, pero el tiempo todo lo soluciona”.
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¿Cuál es la clave para hacer las paces? “Olvidar”, responde en un tono más sobrio. “Dejar de amar, porque cuando tú estás amando, es muy difícil olvidar. Deja que el tiempo pase. En mi caso, me costó bastante, como cinco años, y a ella también”, añade. “Ambos somos artistas, la gente estaba muy encima de nosotros a nivel mediático. Hoy, gracias a Dios, ella se casó nuevamente; yo también me casé, me volví a divorciar. Y estoy viviendo una etapa de mi vida muy bonita”, dice recuperando una sonrisa picaresca, “porque estoy haciendo exactamente lo que me da la gana”.
El concierto Décadas inolvidables trae también a Karina, Tormenta, Los Terrícolas, Landa La Sensación y Rossanna a Santa Ana Garden. Reservas a los teléfonos 098-849-6512 y 096-990-5024. (E)