Por Angélica Lainez | Comunicadora

Hace tres años leí por primera vez Calibán y la bruja (1998), y si de algo me arrepentí después de mi lectura fue de haber tardado tanto en llegar a este libro. A través de este arduo trabajo historiográfico, Silvia Federici, escritora y activista feminista ítalo-estadounidense, presenta una crítica a la teoría de acumulación primitiva de Marx.

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La autora propone un enfoque a la presencia y ejercicios de las mujeres en la sociedad desde el feudalismo hacia su transición al capitalismo, así como a las formas en que esta sociedad las trata y observa. Este libro es una relectura, una reescritura de la historia, una oportunidad de contarla colocando su mirada en la vida de las mujeres, algo que no se suele hacer con frecuencia.

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Desde su texto, Federici habla sobre los cuerpos de las mujeres y las violencias sistemáticas que se han ejercido sobre ellas desde el auge del capitalismo. La autora también habla acerca de las formas en que el cuerpo de la mujer se ha explotado con el propósito de producción, hasta llegar a formas de legítima esclavitud. También pone sobre la mesa la politización de la sexualidad, las fuertes desigualdades sociales y el disciplinamiento de las mujeres.

Hace tres años me pareció que Calibán y la bruja es una lectura necesaria y sobre todo hoy me parece que lo es. (O)