Sufrir de los pies al parecer es una afección femenina. Esta afirmación pone a la reina Letizia de España dentro del 80 por ciento de las mujeres mayores de 40 años que padecen alguna dolencia en sus pies.
Según los datos de la Asociación Española de Cirugía Podológica (AECP), buena parte de la culpa de este enorme porcentaje la tiene no utilizar los zapatos adecuados.
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Joaquín Óscar Izquierdo, presidente de la AECP, le explicó a El Mundo que “Las deformidades se producen sobre todo en las mujeres, porque usan zapatos más estrechos y de tacón alto”.
Por eso aparece el neuroma de Morton, con el que la Reina Letizia lleva tiempo lidiando. Esta patología afecta a las mujeres de entre 25 y 50 años, con una relación de 8:1 respecto al género masculino.
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Para los expertos, usar un buen calzado es la mejor prevención para evitar lesiones posteriores. Tanto, que también es misión de los podólogos realizar estudios biomecánicos “que orienten sobre el tipo de zapato e incluso de calcetín que se debe usar”.
Cómo elegir los zapatos de tacón para no sufrir cómo la reina Letizia
Los zapatos de tacón alto hacen que todo el peso del cuerpo se cargue en una sola zona del pie, sin repartirse con el talón. Eso a la larga provoca un pinzamiento en los nervios de los dedos y genera todo tipo de problemas.
Lo que más influye es la diferencia de altura entre la parte delantera del pie y la de atrás, aseguran los especialistas y comentan que tampoco son buenos los zapatos planos.
Según ellos, el mejor tacón es el que eleve de dos o tres centímetros de diferencia entre la planta y el talón. A partir de ahí, cuanto más alto y más fino sea el tacón, peor.
Un buen zapato para el pie debe tener tanto la base como el tacón anchos. Una buena alternativa es recurrir a las cuñas de unos seis o siete centímetros, porque en este caso se reparte mejor el peso por todo el pie.
Cómo elegir un buen zapato
Los miembros de AECP explican que el pie está diseñado para andar descalzo, por eso el calzado ideal debe acercarse lo más posible a sentirse descalzo y, sobre todo, ser respetuoso con las articulaciones y la movilidad.
Tiene que ser suficientemente amplio como para albergar el pie sin presiones, con sujeción, pero flexible, especialmente en la zona de los metatarsianos.
Una regla de oro es usar la talla correcta: si es plano, de largo debe ser 1 o 1,5 centímetros más que el dedo más largo.
Al respecto, la reina Letizia prefiere que sean de puntera amplia, abrochados al tobillo y no excesivamente altos. En teoría la altura correcta del tacón no debe superar los cuatro centímetros.
(I)
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