En las elecciones generales de Puerto Rico, celebradas este martes 5 de noviembre, el mismo día de las votaciones presidenciales de Estados Unidos, uno de los primeros en ejercer su derecho ha sido el cantante de la isla Bad Bunny (Benito Martínez Ocasio), quien acudió al recinto electoral de la escuela Saint John en San Juan.
“¡Benito!”, lo llamaron las integrantes de la junta, que lo ayudaron entre risas a firmar el registro y a obtener su papeleta, mientras le pedían tomarse una foto con él cuando saliera. Con ropa casual y gafas oscuras, Bad Bunny trató de no llamar excesivamente la atención, pero siguió las instrucciones con una sonrisa.
Publicidad
Los puertorriqueños comenzaron este martes a votar en unas elecciones generales que se prevén históricas ante la reñida disputa entre el gobernante Partido Nuevo Progresista (PNP) y la nueva Alianza de País.
Los centros de votación estarán abiertos hasta las 17:00 locales para que los ciudadanos elijan gobernador, representantes, senadores y alcaldes de la isla.
Publicidad
Los candidatos a la Gobernación son Jenniffer González, por el PNP; Juan Dalmau, de la Alianza; Jesús Manuel Ortiz, del Partido Popular Democrático (PPD); y Javier Jiménez, de Proyecto Dignidad (PD).
Aunque Bad Bunny ha expresado su apoyo a la candidata presidencial estadounidense, Kamala Harris, ha acudido a votar a su lugar de residencia por un proceso diferente, pues los puertorriqueños que viven en la isla no pueden sufragar en elecciones federales de EE. UU., según determina la Constitución de los Estados Unidos. Lo mismo pasa con otros territorios estadounidenses, explica el profesor de Culturas, Sociedades y Estudios Globales Amílcar Barreto.
En cambio, los puertorriqueños residentes en Estados Unidos sí pueden votar, ya sea viajando a sus respectivos estados o enviando su papeleta por correo, con anticipación. “A este punto, casi dos tercios de los puertorriqueños étnicos viven en suelo estadounidense y pueden votar”.
En esta cita electoral, los puertorriqueños votarán además en una consulta sobre el estatus político de la isla, eligiendo entre estadidad (anexión a EE. UU.), independencia o soberanía en libre asociación, aunque no es vinculante porque no cuenta con la luz verde de Washington. (I)