Cada 20 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Paella, un plato típico valenciano y de la cocina española que se ha diversificado en todo el mundo. Y Ecuador no es la excepción. En esta edición 2022 se celebrará nuevamente la World Paella Day Cup, una competición a modo de mundial cuya final será en Valencia (España) el 20 de septiembre, cuando participen 46 clasificados de todo el mundo para llegar a la final de esta quinta edición.

En la lista de clasificados constan representantes de Honduras, Nueva Zelanda, Puerto Rico, Estados Unidos, Venezuela, Emiratos Árabes Unidos, Panamá, Finlandia, Corea del Sur, Turquía, Japón, Canadá, Italia, Francia, Chile, Costa Rica, Holanda, Australia, Suiza, México, República Checa, Alemania, Perú, Argelia, Reino Unido, China, Brasil y —no podía faltar— Ecuador.

Nuestro país tendrá dos participantes que lograron colarse gracias a que enviaron la receta y un video a los organizadores para que conozcan que en Ecuador se vive y se festeja la paella. Ellos son Inés Gutiérrez y Tomás Angulo: dos estilos, dos pasiones, cada uno con su negocio, que podrían dejar en alto el nombre de Ecuador en el mundo gastronómico.

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Inés es una malagueña que vino a Ecuador por otros menesteres que no tenían nada que ver con lo gastronómico. “Yo practico hacer la paella desde siempre. Fue mi madre quien me enseñó a prepararla. Evidentemente, en España se la hace con arroz bomba, pero aquí me costó mucho trabajo encontrarlo; se encontraba en algún supermercado a precios exorbitados, y no siempre, no había una continuidad. Entonces, me dediqué a practicar con todos los arroces que encontré en el mercado... todos. Así, estuvimos a dieta de paella casi un mes, hasta que di con el adecuado”, cuenta.

Fue su hijo Ibai quien envió el video, y Mónica, su compañera. “Porque son ellos que de alguna manera se mueven en el mundillo de internet más que yo. Para qué te voy a engañar (ríe), yo me muevo en el mundo de la cocina”, cuenta Inés, quien en agosto cumplirá ocho años de vivir en Ecuador.

Inés Gutiérrez, de Chankete, participante que logrará llegar a la final gracias a las votaciones de los ecuatorianos.

“Yo en realidad soy psicóloga, incluso hice una maestría en el campo de la educación. Trabajé en Quito, en los departamentos de consejería estudiantil, durante siete años. Pero mi verdadera locura siempre fue la cocina, ya que siempre me ha gustado, siempre la he practicado. Me ha gustado recibir en mi casa a 20 o 30 personas para compartir mi mesa. Me decían: ‘Si eres feliz con la cocina más que con la psicología, ¿por qué no lo intentamos?’. En realidad, sí que la disfruto muchísimo”, revela.

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A Málaga la conocen como la capital de la Costa del Sol en España. “Me fui a vivir a Quito, pero echaba mucho de menos el mar. No te imaginas. Estaba desesperada por venirme a una zona marítima, y vimos la oportunidad de venir acá”, dice Inés refiriéndose a Salinas (península de Santa Elena), balneario ecuatoriano donde atiende en su restaurante Chankete.

“Salinas es muy parecido, dentro de unos límites, a mi ciudad. Bueno, Málaga se ha convertido en un centro muy cosmopolita, muchos extranjeros, especialmente europeos y sudamericanos que van a veranear. A Salinas le falta ese empujón, pero el invierno de aquí es como el verano de mi tierra”, cuenta la española, que le puso ese nombre a su negocio por el pez que era muy común en las aguas españolas. “Era un pescadito que medía de dos a tres centímetros, transparente. De niña lo comía muchísimo; pero, una vez que se popularizó su consumo nacional e internacionalmente, mucha gente iba a comer chanquete, a tal punto que está casi desaparecido. Para 1988 se prohibió la venta, pero algunos restaurantes lo seguían vendiendo y las autoridades tomaron cartas en el asunto, y las multas actuales por vender chanquetes pueden ser muy graves, hasta el punto de cerrarte el establecimiento”, explica.

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“Es como un homenaje a ese recuerdo que tengo de mi niñez”, destaca Gutiérrez, cuyos clientes gustan de sus platos, especialmente la paella. “La más solicitada es la de mariscos, aunque lleva pescado también. Todo depende de la temporada y lo que se encuentre. Por ejemplo, el mejillón de aquí no es como el de España, que es bastante naranja, tirando a rojo, grandote; aquí son más grises y pequeños. También tenemos paella de carnes, vegetariana y vegana”, describe.

¿Expectativas? “Hombre, a mí me gustaría llegar a la final, pero no sé... Realmente me encontraré allá con los maestros paelleros, y no sé si esté a la altura, pero de que lo voy a intentar, lo voy a intentar. Yo a Ecuador lo voy a defender, ya que hace cuatro años intenté nacionalizarme, pero, por problemas de un documento que no estaba adecuado, no se ha podido. En mi país dejé a mis amigos, a gente que me quiere mucho, pero yo soy más feliz aquí”, finaliza Inés.

Con amor y sabor ecuatoriano

La pareja conformada por Karina Iturralde y Tomás Angulo es la entusiasta propietaria de Sabor Amar, un restaurante que funciona en la ciudad de Quito y donde la paella les ha dado fama. “Incursionamos en el mundo de la paella desde el 2020. Siempre nos ha gustado aprovechar lo que tenemos en nuestro país, y los mariscos que tenemos en la Costa son excelentes. Y, como en Ecuador parte de la comida es el arroz, pensamos que fusionarlos era perfecto, y qué mejor que hacerlo en un plato tradicional, ya conocido, como la paella. Y como Tomás tiene raíces españolas, eso fue lo que nos fomentó el deseo y la necesidad de incursionar en ese plato”, cuenta Karina.

Tomás es un chef y maestro paellero. “Esto nos motivó a desarrollar el proyecto. Creemos que nuestras paellas son de las mejores. Tal como dijo Karina, tenemos buenos productos locales y no en todo el mundo se los consigue de forma fácil: los camarones y langostinos ecuatorianos, que son considerados los mejores del mundo, y combinados con esos ingredientes que sí hay que traer de afuera, como el arroz, que tiene que ser uno especialmente para paella. Eso es algo que nos diferencia: importamos el arroz bomba español, que viene de la albufera de Valencia”, explica.

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No es la primera vez que Karina —una doctora amante de la gastronomía— y Tomás intentan participar en esta copa mundial. “En 2020 quisimos, pero llegamos un poco tarde al concurso, pero nos dieron la oportunidad de difundir nuestro producto. Hicimos un evento por el Día Mundial de la Paella; fue en la terraza de un edificio en Quito, donde hicimos un show cooking e invitamos a personas para que prueben una creación de Tomás, que fue una paella de langostinos con coco. Así nos invitaron a participar también el siguiente año”.

Tomás Angulo, de Sabor Amar, postula para la final de la Copa Mundial de la Paella en Valencia.

El reglamento del concurso consta de varios pasos. Uno de ellos también es enviar una hoja de vida del postulante. “La envías junto con tu receta y video, y ellos seleccionan. A través de votaciones y otros criterios se eligen quiénes van a Valencia como finalistas. Para los españoles la paella es unión, es ese domingo en unión familiar, y no hay nada más bonito que cocinar en familia”, cuenta Angulo, cuyos abuelos eran españoles. Él se especializó hace seis años en la preparación de paella en una academia en Perú.

Anímese a votar en vote.worldpaelladay.org por los representantes ecuatorianos para asegurar su presencia en la gran final de Valencia. Tiene plazo hasta el 26 de junio para elegir a Inés Gutiérrez o Tomás Angulo.