¿Se imagina sentarse dentro de una cueva, acompañado de un grupo de sus familiares y amigos mientras prueban cebiche, hornado, encebollado o muchines? Si antes no lo había pensado, Andrés Arrata, ganador de la tercera temporada de MasterChef Ecuador, lo ha hecho posible a través de Ecuatorial, el espacio gastronómico en Santa Cruz que desde marzo acoge —bajo reserva— a visitantes/comensales para probar los platos típicos ecuatorianos que se crean en la cocina que dirige el guayaquileño.
“Todo esto parte un poco de las maravillosas circunstancias que se fueron dando en mi vida desde el año pasado: haber salido como ganador y un desarrollo de identidad sumamente interesante. Parte de las cosas maravillosas del programa es que te ayudan a identificar cuál es tu esencia. Yo encontré la mía en la gastronomía ecuatoriana. A mí me gusta la comida en general; cocino cosas de todo el mundo, pero encontré mi pasión en la comida ecuatoriana; me di cuenta del profundo respeto y conocimiento que tenía”, cuenta sobre el origen de Ecuatorial.
Publicidad
La apertura de este espacio —dice— es parte de la investigación y recopilación de recetas que a lo largo de este tiempo ha desarrollado. “Cuando voy a un sitio y pruebo algo que me gusta, me doy el trabajo de llegar a las cocinas, conversar con los cocineros y pedirles las recetas. Me di cuenta de que tengo una serie de conocimientos que he ido sumando a lo largo de los años, porque la comida ecuatoriana fue lo que finalmente me llevó a la victoria”, explica.
En enero del 2022, Arrata junto con su familia tuvieron la oportunidad de mudarse a las Islas Encantadas y convertir este paradisíaco lugar del Ecuador en su hogar. “Galápagos es un lugar tremendamente interesante. Yo he llegado a la conclusión de que Galápagos es el resumen perfecto de lo que es Ecuador: aquí hay gente de todas partes del país, hay colonias de ecuatorianos de todas las regiones del país; entonces, resulta que esta es una tierra formada por migrantes que han ido, a través de los años, llegando a estas islas no solo con sus costumbres y tradiciones, sino que se encargó de encontrar un mecanismo para poder tener también los ingredientes para cocinar aquí”, recalca.
Publicidad
Otra de las realidades que ha palpado es la visita constante de turistas internacionales. La suma de esto da como resultado la creación de Ecuatorial. “Si la gastronomía ecuatoriana se debe dar a conocer al mundo, debe ser desde acá; no me cabe duda, y espero poder ser parte de ese movimiento. Justamente esa es la razón por la que nace este proyecto. Con mi esposa lo conversamos por meses. Nuestra vocación principal es que la comida ecuatoriana destaque a la par de otras latinoamericanas”, acota.
Ecuatorial, su nombre, recoge el concepto de país que desean mostrar. “No nos interesa estar dentro de la categoría de restaurantes, por lo que creemos que, para contar la comida ecuatoriana, debemos contarla tal como es. Y nuestras comidas están relacionadas con experiencias de vida, momentos especiales que te marcan, convivencias comunitarias. Nosotros somos un espacio de experiencias”, menciona Arrata, de 48 años.
Mientras buscaban el espacio para abrir Ecuatorial, su amigo Polo Navarro (propietario de un glamping en la zona alta de la isla Santa Cruz) le propuso instalarse en uno de sus túneles, que se da a través de formaciones volcánicas y que está adaptado para recibir a un grupo determinado de personas.
“Tenemos capacidad de atención para 16 personas; ese es nuestro límite, porque trabajamos con una sola mesa, (fomentando el) sentido comunitario para que compartan la experiencia. Tenemos una sola mesa con 16 puestos. Muy bien ambientado; respetamos mucho el espacio natural. Es muy bonito y realmente impactante entrar a la cueva, y ahí se maximizan tus sentidos y hace que la experiencia sea mucho mayor. Para nosotros, la experiencia es un recorrido guionizado (en el que) yo te cuento lo que va a pasar”, añade.
Ecuatorial posee un menú de degustación de catorce tiempos, que ha tenido —recalca— una curaduría de los platos más emblemáticos del país y que pueden tener un alcance más internacional. “Hemos hecho una selección hermosa de catorce platos del Ecuador. Como es menú de degustación, las porciones son más pequeñas. Nosotros no hacemos cocina de autor: yo no interpreto platos en Ecuatorial; no me interesa eso en este momento, (pero) respeto mucho a quienes lo hacen. Yo me he quedado un paso antes (para) mostrarle al mundo la versión original de los sabores de nuestra cocina tradicional”, enfatiza.
Es así que, al adentrarse a la cueva galapagueña después de recorrer una zona boscosa en la que también encontrará tortugas, podrá degustar diferentes preparaciones, como chochomote de camote, cebiche de Jipijapa, locro, encebollado, empanadas de viento y verde, encocado de camarón, maito amazónico, cazuela de pulpo galapagueño, hornado de cerdo, seco de pollo, muchines, espumilla de mora y chocolate caliente. También se sirve canelazo y licor de coco como parte de la experiencia.
El 23 de marzo se inauguró Ecuatorial. Este negocio gastronómico se maneja bajo reservas, por las limitaciones de espacio. No tiene horarios fijos de atención, y tiene también como chef ejecutiva a Cinthia Jouvín. “Ella es mi mano derecha. Ella me permite estar abajo (en la cueva) para detallarle a cada comensal los ingredientes de los platos, su historia, el origen, de dónde viene cada ingrediente; contarles la historia de cada plato, (lo que) permite cambiarles la percepción de la comida. La gente ahora quiere saber más, llenarse de información de calidad, y esa es un poco nuestra búsqueda”, indica.
Las reservas se realizan a través de la dirección de correo electrónico ecuatorialgalapagos@gmail.com (I)