Artista plástica y gestora cultural, María Elena Machuca se enfrenta a un nuevo reto en el sector público: fue designada como la ministra de Cultura del gobierno de Guillermo Lasso. Durante 20 años trabajó en el sector privado (1979-1999); fue parte de La Galería, un espacio independiente para la promoción del arte. En el año 2000 fue directora del Centro Cultural Metropolitano, del Municipio de Quito.

Ahora recibe un despacho con pocos recursos -el 0,16% del presupuesto del Estado- y el desafío de reactivar la actividad artística y proteger el patrimonio cultural. En entrevista con EL UNIVERSO, asegura que el proyecto Teatro en el barrio es el más importante del Ministerio y reconoce graves problemas en el área de patrimonio, donde, incluso, el catastro de obras se las lleva en una hoja de Excel.

En el plan de trabajo de la ministra se señala que el año pasado el gasto en cultura y patrimonio fue de 0,16% del presupuesto del Estado y que la inversión en cultura en los hogares alcanzó apenas el 3%, a nivel familiar.

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En el diagnóstico, se advierte que la pandemia paralizó al 85% de la actividad cultural, que se han perdido 140.000 empleos relacionados con el sector y que las pérdidas llegan a unos 70 millones de dólares.

Ministra Machuca, los artistas están desesperados. La actividad cultural es, prácticamente, nula. Necesitan respuestas urgentes para sobrevivir.

Así es, la pandemia ha afectado a un 85% de la producción de las artes y la cultura. Nosotros partimos del plan de vacunación a todos los ciudadanos. No puede haber una reactivación cultural sin la vacuna. Yo había solicitado un plan de vacunación para los artistas, pero como va a ser masivo la mayoría estarán ahí.

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¿Y la siguiente acción para reactivar la actividad cultural?

El Ministerio va a seguir con los fondos concursables. Eso sigue y no hay ningún cambio. También vamos a promover los vínculos con los gobiernos seccionales (GAD).

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¿Cuándo y en qué plazos?

Inmediatamente, en unos quince días. Solo estamos esperando la vacunación para que la gente pueda salir con un poquito más de seguridad a la calle.

¿Con cuál proyecto empezará?

El presidente nos ha pedido que activemos el proyecto Teatro en el barrio. Estamos tomando contacto con los GAD. La idea es que la gente del barrio se apropie de su cultura y se forme, desde su comunidad y su territorio, con artistas, actores, músicos, etc. No es que se va a construir un teatro y se va a dedicar solo a las artes escénicas. Va a ser un lugar de desarrollo artístico.

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Físicamente, ¿cómo será el Teatro en el barrio?

Vamos a buscar salas comunales, escuelas y colegios que poseen teatros, aulas grandes...

¿Cómo se reactiva la economía de los artistas?

El Ministerio va a capacitar a la gente del barrio para que pueda desarrollar su proyecto artístico, musical, dancístico… No solamente de artes escénicas. Habrá presentaciones y el respectivo cobro por estas.

¿El Ministerio no lo va a financiar?

El Ministerio va a financiar la capacitación con artistas en distintas áreas: gestores culturales, artistas, etc. Con eso también se genera y reactiva.

¿Se parte de algún modelo en particular?

Bueno, hay varios modelos. En Buenos Aires hay un modelo muy exitoso y que no fue patrocinado por ningún ministerio, sino por un grupo de actores que desarrolló un teatro, que se llama el Teatro del Barrio, en La Boca, con más de 20 años de existencia. También hay ejemplos en España, Guatemala y Colombia.

¿Ya tiene mapeado el proyecto? Me refiero a los barrios donde empezará.

Estamos en eso, generando un plan piloto. Empezaremos máximo en dos semanas. Queremos descentralizar el arte y la cultura, que ya ha estado en Quito, Guayaquil, Cuenca o Loja. Vamos a salir. Por eso es tan rico este proyecto, por la diversidad. Una situación es la de la Amazonía y otra diferente en la Sierra, por ejemplo. Hay millones de expresiones culturales en el país.

¿Es un proyecto para los cuatro años de gobierno?

Así es. Y ojalá se institucionalice. Los proyectos culturales deberían seguir en el tiempo.

¿El Teatro en el barrio es el proyecto estrella del Gobierno?

Sí, es el principal. Pero también tenemos que hacer una cruzada por la preservación del patrimonio. En estos últimos cuatro o seis años no ha habido mantenimiento a nuestros museos, centros culturales, archivos, bibliotecas. Entonces, un proyecto del Ministerio es hacer un levantamiento de cómo están estos espacios para abrirlos al público y permitir que las familias ecuatorianas, que han pasado la pandemia encerradas, puedan acceder gratuitamente.

¿Estuvieron abandonados?

No es que hayan estado abandonados, sino cerrados. Hay museos que tienen problemas estructurales, no se les ha dado mantenimiento. Vamos a hacer una cruzada para que estos espacios se habiliten y la gente pueda ir con seguridad. No es posible que todos los centros comerciales estén abiertos y los museos, cerrados. Es una paradoja.

Pero, por lo que se ve, sí es posible: los centros comerciales abiertos y la mayoría de centros culturales cerrados.

No tengo nada en contra de los centros comerciales, pero, paralelamente, se deberían abrir los museos y teatros. Algunos están abiertos con el 30% del aforo. Pero con la vacuna, volverán a su real capacidad, respetando las normas de bioseguridad. Primero, se necesitará la autorización del COE nacional y que la gente se vacune.

Esas son las iniciativas en proyectos del Ministerio, pero desde el sector privado se pide auxilio y respuestas concretas para la reactivación.

A ellos se les va a ayudar porque vamos a pedir al COE que autorice ampliar el aforo al 50% en todo el sistema nacional de cultura. Allí está el sector privado también. Y luego de los tres meses del plan de vacunación haremos un análisis profundo para ver si es posible abrir al público.

De acuerdo con sus cifras, en 2020, de cada 100 dólares del presupuesto, solo 16 centavos se destinaron a cultura. ¿Este año será igual o habrá una mayor asignación?

Va a ser igual. Es un año en el que pensamos en salir de la pandemia. Pero estamos trabajando en acercamientos con organismos internacionales para invertir en cultura.

Es decir, hay muchas ideas y contactos. Pero plata no hay.

No. Plata no hay. Lo que necesitamos ahora es acción, gestión y voluntad. Y eso lo tenemos.

Eso suena bien, pero los artistas exigen un proyecto concreto e inmediato.

Si un ministerio hace una feria internacional de arte podría contratar a muchos artistas y dar trabajo. Pero sería irresponsable de mi parte decir que vamos a hacer eso, cuando no tenemos el presupuesto. Aunque un gran apoyo está en los fondos concursables.

¿Qué proyectos importantes hay hasta fin de año?

Estamos analizando la Feria del Libro con la participación de la academia, las editoriales, los escritores. También queremos hacer una vitrina cultural para que se conozca al Ecuador en el mundo.

¿En qué consiste esa vitrina cultural?

Es un espacio para ofertar servicios culturales. Por ejemplo, los artistas plásticos, escritores, músicos pueden poner ahí sus obras. Además, estamos trabajando con organismos internacionales y embajadas amigas para que los artistas salgan a presentar su trabajo afuera.

Por el lado del patrimonio cultural, que también está a cargo del Ministerio, ¿qué planes tiene?

Se está haciendo un levantamiento técnico, un inventario.

¿Otra vez un inventario?; ¿ya no lo anunciaron los ministros anteriores?

Es parte de nuestro plan de contingencia. Tenemos un inventario en hoja Excel (hoja de cálculo), pero no un inventario en digital, profesional, como lo debe tener la reserva patrimonial de un país.

¿El inventario del patrimonio nacional está en Excel?

Bueno, hay dos. El Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) tiene un inventario del patrimonio arqueológico. Pero, por ejemplo, el patrimonio del Museo Nacional no está inventariado digitalmente. Solo está en hojas de Excel y eso es lo que vamos a corregir.

¿No le parece grave que ese registro esté en Excel?

Está registrado, pero en Excel.

Tal como lo explica, se podría pensar que una pieza del patrimonio nacional equivale a un registro en Excel. En el caso de que desapareciera una pieza, alguien podría eliminar la fila de la hoja de cálculo y sería como que no ha pasado nada. ¿O me equivoco, ministra?

No creo que solo sea de eliminar una fila de Excel y desaparezca. Pero es algo urgente que hay que hacer.

¿Qué respaldo tiene ese registro Excel?

El fondo patrimonial fue entregado hace años por el Banco Central y hay un inventario que entregó al Ministerio.

En el gobierno anterior se planteó llevar una parte del patrimonio al edificio donde funcionó la Unasur, en la Mitad del Mundo. ¿Se concretará ese proyecto?

El edificio pertenece a la Cancillería, pero lo pasaron, en comodato, al Ministerio de Cultura. Así que el ministerio más pobre es dueño del edificio que costó como 45 millones de dólares, es el más costoso del país. Ahora está sin mantenimiento, con polvo, goteras…

¿Y entonces?

Hay tres opciones: el anterior ministro quería pasar la reserva del Museo Nacional a ese edificio, pero tenemos serios problemas con eso, porque no es un espacio para albergar a una reserva de obras de arte. No tiene seguridades ni climatización... Y, sobre todo, los fondos de la reserva de un país, con un patrimonio tan grande, tienen que ser vivos, accesibles al investigador, a los artistas. No es cuestión de coger y llevar todo a un edificio tan caro, además, como bodega. No podemos permitir eso.

¿Las otras opciones?

Devolver a la Cancillería o hacer una alianza con un actor privado para que se haga cargo del edificio. Yo me inclino por la tercera opción.

¿Una concesión?

Exactamente. Es hacer una alianza público-privada para que dé movimiento a la zona de la Mitad del Mundo. Se podría invertir ahí para hacer un núcleo de turismo.

¿Un hotel?

No. Un centro de convenciones podría ser. Si no, devolver el edificio a la Cancillería.

¿Devolver un edificio que costó casi 50 millones de dólares?

El Ministerio no puede invertir mucho dinero en un comodato a corto plazo. Solo el mantenimiento de ese edificio cuesta 700.000 dólares al año, sin guardianía. Solo el mantenimiento de espacios.

¿Y qué hay ahí, actualmente?

Nada. Solo pisos, paredes y bastantes goteras.

A nivel institucional, ¿habrá cambios en el Ministerio?

Los cambios son en el jerárquico superior. Me he reunido con cada una de las áreas. Fue muy bonito, porque me dijeron que era la primera vez que conocían el despacho del ministro.

¿Cuánta gente tendrá a su cargo?

Como 600 personas. Pero creo que lo más importante es el capital humano.

Los ministros siempre se quejan de los tiempos del sector público. Quieren impulsar proyectos, pero la burocracia los frena. ¿Hay algún plan para hacer más ágiles esos procesos?

Cada cosa es muy lenta… Pero es delicado, porque estamos hablando de fondos públicos, de los ciudadanos, que no se pueden repartir como barajas.

El último ministro del gobierno anterior (Julio Bueno) dejó una rendición de cuentas de 16 páginas, de las cuales cinco se van en la carátula, el índice y la introducción; y casi siete, en cuadros estadísticos. Eso es lo que un ciudadano recibe como rendición de cuentas. ¿Usted qué recibió?

Tuvimos unas cuatro o cinco reuniones de transición… Nos decían que entregarán en la próxima reunión... Pero los informes nos entregaron ya el primer día de trabajo.

¿Y esos informes muestran a un ministerio en marcha, con objetivos claros?

Es un ministerio con los objetivos claros, está bien encaminado y con el rumbo que le vamos a dar va a funcionar.

Entonces, ¿no es necesario “poner en orden al ministerio”, como suelen decir las autoridades cuando recién se posesionan?

No soy de los que llega, dice “esto no sirve” y quiere refundar todo. Hay que ver lo que está funcionando y darle seguimiento. No se puede decir que todo va a la basura, porque se pierden muchísimos recursos. Hay que mantener lo que funciona. (I)