En la mañana se organiza un pomposo desfile militar sobre la célebre avenida de los Champs Elysées, y más tarde, con la puesta del sol, la torre Eiffel ofrece un espectáculo de fuegos artificiales sincronizados con una mezcla de música clásica y hits del momento que los parisinos observan con botellas de champán desde todos los rincones de la ciudad.