El Festival Wankabeats tuvo lugar el sábado 21 de septiembre y dejó algunas notables observaciones en lo musical y en su gestión. La puntualidad siempre será algo loable y ya es algo que caracteriza al festival más importante de Guayaquil. A la hora fijada (4pm), inició la única artista local, Paola Navarrete, quien pese a una discreta cantidad de público dejó todo de sí en el escenario, junto a una banda que supo estar a la altura en el repaso de su cancionero, que incluyó canciones de toda su trayectoria y de su más reciente álbum Aries, que estuvo en la pre nominación de los Latin Grammy de este año.

Luego llegó el DJ y productor chileno Bruno Borlone, quien tuvo un set de música pop de distintas épocas. Desde la década de los 70, hasta el reguetón. Una interesante selección; pese a esto, pasó desapercibida por el público. Desde el punto de vista del crítico, llegó a ser innecesaria, pudo haber representado más tiempo para otros artistas o incluso haber significado espacio para otro representante local. Mala elección por parte de los organizadores.

Entrada la noche, llegó la revelación de esta edición del Wanka. El colombiano Juan Pablo Vega es reconocido en su natal y en distintos países, pero no se medía el nivel de popularidad en nuestra ciudad; sin embargo, el público coreó la mayoría de las canciones del oriundo de Bogotá.

Vega promocionaba el décimo aniversario de su álbum debut Nada Personal y lo hizo a lo grande. Un prolijo acompañamiento de parte de sus músicos, autenticidad y calidez en sus palabras y hasta una colaboración con Paola Navarrete en el tema homónimo del álbum resaltaron en su intervención, misma que destacó como música tocada por humanos y humanas.

Desde Argentina, la legendaria banda de reggae, Los Cafres, encendía a los asistentes, haciendo un recordatorio de sus 36 años juntos como agrupación y aquí se marcó la pauta para los inconvenientes técnicos. Durante una de las canciones de Los Cafres, hubo una especie de desconexión parcial del sonido que, por supuesto, la banda supo zafar al improvisar una canción a guitarra y voz. La comunicación con sus seguidores fue muy importante en ese momento.

Luego llegaron los infaltables e infalibles, Los Amigos Invisibles, quienes son un número fijo en los distintos carteles de conciertos locales e incluso, invitaron al guitarrista de la banda quiteña Guardarraya, Jason De La Vega, mostrando su conocimiento de la música nacional.

Los venezolanos tienen un show impecable. De principio a fin, los asistentes no pararon de bailar al ritmo de Mentiras, Ultra-funk, Mujer Policía, entre otros de los éxitos de esta agrupación que garantiza una fiesta. Tener a Los Amigos Invisibles en un evento, salva tu noche.

La velada finalizó con el rapero argentino Trueno, quien es popular entre gente joven, algo que era claramente notorio. Niños y adolescentes junto a sus padres vestían la camiseta de la selección argentina y de Boca Juniors, debido al confeso fanatismo del intérprete.

Humilde ante su gente, como se ha caracterizado, Trueno mencionó lo agradecido que se encontraba al estar por primera vez en Guayaquil, prometiendo que sería un concierto en el que se iba a saltar y cantar. Rap 100% en vivo. Músicos en cada instrumento, voces acompañándolo y un espectáculo visual envidiable, el autor de Dance Crip estaba teniendo un debut soñado, pero a poco de terminar su show, volvieron los problemas de audio, llegando a perderse el sonido por completo en dos ocasiones.

Esto no detuvo al argentino y cumplió de forma indirecta con uno de los versos de su canción TIERRA ZANTA, que reza: Si quieren tirarme el país, lo levantamos, saliendo de todos los percances y levantando a toda la gente que se mantuvo fiel hasta que concluyó su repertorio.

El Festival Wankabeats en su edición del 2024 mostró que en su cartel siempre habrá artistas de los que su gente correrá a descargar su música luego de haberlos visto en vivo, eso es algo en lo que han destacado desde el día uno, pero, pese a un nivel de calidad que ya es tradición, hay que mantener los ojos abiertos. (O)