Nuestro invitado |

Lo tuve viendo la transmisión en vivo de la elección del presidente de la Asamblea; en medio del enfrentamiento entre asambleístas, mientras se posesionaba al mismo tipo, otra vez, entre las pifias y gritos de muerte cruzada. El coctel de sentencias flash y “autorías coadyuvantes” que había digerido a la fuerza, me empezó a dar resaca...

Déjà Vu (en francés “ya visto”) o paramnesia, es la experiencia de sentir que se ha sido testigo o se ha experimentado previamente una situación.

Si bien, los capítulos rescatados para esta nota –sin ser los únicos–, no constituyen mi Déjà Vu, sí lo son de la independiente y altiva prensa guayaquileña:

Diciembre 23 de 1925:

La Junta de Gobierno ordenó el arresto de varios ciudadanos connotados guayaquileños, entre otros: Dr. José Vicente Trujillo, señores Eleodoro Avilés Minuche (director de diario El Guante), Enrique Baquerizo Moreno, Clotario E. Paz y Pompilio Ulloa (director de diario La Prensa). Ante semejante atropello, diario El Guante en su editorial escribe: “Entre los presos, consta, como se sabe, el director de este diario, un periodista cuyo delito político no puede ser otro que el de no aplaudir, con su periódico, las irritantes inepcias de la hora actual, inepcias capaces de causar la vergüenza y el descrédito del pueblo que las sufre. No hay más”.

Junio 8 de 1926:

Diario El Guante fue clausurado por orden de la dictadura del doctor Isidro Ayora. Al día siguiente, El Telégrafo publica una protesta, que entre otras cosas expresa: “…Un periódico es una institución de progreso. Tal vez en ocasiones incurra en desvíos y sea eco destemplado de extraviados clamores. Pero como quiera, siempre es una tribuna de la opinión pública… La arbitrariedad no puede jamás prevalecer sobre los periódicos, porque ni aún ahogándolos con la fuerza armada, cerrando las puertas de los talleres con los fusiles se logra apagar su voz ni contener su acción…”.

Marzo 22 de 2011:

Vergonzoso juicio y predecible sentencia contra el editor de Opinión y directivos de Diario EL UNIVERSO, por un artículo en referencia a una sublevación policial.

Julio 19 de 2011:

Un juez de turno, entre las 10:00 del día anterior y las 17:50, avoca conocimiento de la demanda, concluye la audiencia y redacta la sentencia de 156 fojas: tres años de prisión y $ 30 millones para los acusados; de “yapa” $ 10 millones para la Compañía Anónima EL UNIVERSO.

La parte acusadora apela: Quieren $ 80 millones.

¿Déjà Vu?... Tal vez solo sea una ocurrencia, de las tantas que tengo cuando estoy chuchaqui; o la nostalgia que me produce la ausencia de una manaba hermosa. Pero Déjà Vu o no, la esperanza y convicción del final de este –tal vez mi último desvarío–, tiene la fuerza que me influye la historia de la valiente prensa porteña, y que acaso me da el provenir de una familia de directores de diarios clausurados.

Porque el “manso Guayas” es un término a flor de labios en aquellos que nos temen. Porque el guayaquileño es y será “madera de guerrero”; solo manso ante su madre y su hembra:

Mayo de 2013 –en teoría, fecha de las elecciones presidenciales–:

¡Libertad!