En una intensa entrevista a Charly García junto con León Gieco hablan de la dictadura y se refieren al desaparecido Comfer. Googleando me enteré a qué se dedicaba esta entidad que ipso facto me recordó a otra –esta local–, pero 40 años después. “Prohibido olvidar”.

Argentina, 1974: El Comité Federal de Radiodifusión (Comfer) obligó a Charly a cambiar la letra de tres canciones del disco de Sui Generis ‘Pequeñas anécdotas sobre las instituciones’, y excluyó dos: ‘Botas Locas’ y ‘Juan Represión’. Luego durante la dictadura de Jorge Videla, la sombra de este comité inspiró a los artistas a imaginarse letras y hacer ocurridas analogías para sortear la censura y poder sacar sus discos; como decía Charly: “Teníamos que inventar cómo disfrazar al lobo de cordero, pero que siga siendo lobo”… y así publicó con Serú Girán –medio en clave– el disco Bicicleta en 1980, donde ve la luz Alicia.

Investigando más, encontré la lista desclasificada de las canciones prohibidas y me topé con Sandro, Camilo Sesto y Perales –Pequeño Superman–. Y los de habla inglesa, desde Pink Floyd y Queen hasta Rod Stewart, Lennon y Eric Clapton. Terminaron prohibiendo toda la música en inglés… Can you believe?

Empiezo a pensar que Ecuador ya no es el país de Alicia: “Un río de cabezas aplastadas por el mismo pie, juegan cricket bajo la luna/Estamos en la tierra de nadie (pero es mía)/Los inocentes son los culpables (dice su Señoría, el Rey de Espadas)”.

Ecuador, 2018: Giro de timón respecto a la libertad de expresión en la última década. Si bien existe aún la ley mordaza –que esperamos se elimine–, los intocables aludidos por notas de prensa ya no le ponen el pie en la cabeza a los medios que las publican, o por lo menos eso parece hasta ahora. Abundan los incrédulos. La experiencia es el más viejo alimento de la duda.

Vivimos hasta hace poco en un país sin libertades en donde los altos funcionarios pregonaron que no había división de poderes y que gobernaba el movimiento revolucionario.

Un gobierno que desmanteló la defensa en las fronteras abiertas hasta lograr que la franja norte sea hoy tierra de la narcoguerrilla, de secuestros y asesinatos. El país de la coima; endeudados hasta la coronilla para mantener la burocracia y la corrupción; y un círculo de dudosa ideología: Que los ricos coman mierda mientras me construyo una mansión y viajo en primera clase.

Los sucesos últimos en la frontera, consecuencia de la política nefasta impuesta por Correa y aplicada por la banda de acólitos de barrigas llenas y bolsillos ardientes, no deben empañar los esfuerzos del actual gobernante por arreglar el desastre. La investigación abierta al caudillo es una muestra: las pruebas del financiamiento de las FARC a su campaña deben ser investigadas.

Faltan aún necesarios cambios en el necio equipo a cargo de la diplomacia y la defensa, así como de figuras identificadas con el exdictador, para terminar de consolidar a Moreno como el líder que no pocos confiamos que puede llegar a ser.

Empiezo a pensar que Ecuador ya no es el país de Alicia: “Un río de cabezas aplastadas por el mismo pie, juegan cricket bajo la luna/ Estamos en la tierra de nadie (pero es mía)/ Los inocentes son los culpables (dice su Señoría, el Rey de Espadas)”.

Indicios claros; espero no equivocarme sin cruzar los dedos. “La esperanza es un buen desayuno pero una mala cena” (Sir Francis Bacon).

Imagino al loco del bigote bicolor disfrazado de Alicia, burlándose del stablishment en la época del Comfer, cuando imperaban las “Botas Locas”, los “Juanes Represión” y los boludos.

Abro la de Yamazaki, pero sin música de Charly. Algo me dice que Kill my mother no combina con el noble japonés.

Say no more. (O)