Esta entrega no busca atrapar lectores. Transcribo párrafos que no son míos; me llegaron como tantos otros que aparecieron luego en este espacio privilegiado de EL UNIVERSO. Ángel Guevara es el emisor; ustedes, sobre todo las damitas, las receptoras. Lean despacio estas líneas, se las recomiendo.

“Si aún no ha pasado el bisturí por tu piel; si no tienes implantes de silicona en alguna parte de tu cuerpo; si los rollitos no te generan trauma; si nunca has sufrido de anorexia; si tu estatura no afecta tu desarrollo personal; si cuando vas a la playa prefieres divertirte en el mar y no estar sobre una toalla durante horas; si crees que la fidelidad sí es posible y la practicas; si sabes cómo se prepara un arroz; si puedes preparar un almuerzo completo; si tu prioridad no es estar divina a como dé lugar; si no te levantas a las 04:00 para llegar primera al gimnasio; si puedes salir con ropa de gimnasia tranquila a la calle un domingo sin una gota de maquillaje en el rostro, estás en vía de extinción.

“Una mujer exquisita no es aquella que más hombres tiene a sus pies, sino aquella que tiene uno solo que la hace realmente feliz. Una mujer hermosa no es la más joven, ni la más flaca, ni la que tiene el cutis más terso o el cabello más llamativo, es aquella que con tan solo una franca y abierta sonrisa y un buen consejo puede alegrarte la vida.

“Una mujer valiosa no es aquella que tiene más títulos, ni más grados académicos; es aquella que sacrifica su sueño temporalmente por hacer felices a los demás. Una mujer exquisita no es la más ardiente (aunque si me preguntan a mí,todas las mujeres son muy ardientes... Los que estamos fuera de foco somos los hombres).

“Una mujer interesante no es aquella que se siente halagada al ser admirada por su belleza y elegancia, es aquella mujer firme de carácter que puede decir no. Y un hombre exquisito es aquel que valora a una mujer así. Que se siente orgulloso de tenerla como compañera. Que sabe tocarla como un músico virtuosísimo toca su amado instrumento. Que lucha a su lado compartiendo todos sus roles desde lavar platos y atender tripones hasta devolverle los masajes y cuidados que ella le prodigó antes.

“La verdad, compañeros hombres, es que las mujeres en eso de ser ‘muy machas’ nos llevan gran recorrido. ¡Qué tontos hemos sido –y somos– cuando valoramos el regalo solamente por la vistosidad de su empaque!”.

Mujeres y hombres aplaudirán estas líneas y se sentirán muy felices; otro tanto, quizá, no va a estar de acuerdo con estos conceptos. No me culpen, amigas y amigos; se atribuyen a Gabriel García Márquez estos acertados piropos. Me he permito mínimas variantes en puntuación para una mejor comprensión; lo demás pertenece al genio.

En horas de rabias adormecidas y de enconos despiertos, estas líneas sirvan para tonificar nuestras existencias. ¡Que viva la vida!