Edna Iturralde es una prolífica escritora que mayor número de cuentos juveniles e infantiles ha publicado en el país. Pero lo notable de ella no solo es esto, sino que ha elegido para caracterizar sus obras a individuos de todas las etnias y culturas ecuatorianas, es decir: ha creado las herramientas para que nuestra niñez, mediante su lectura, crezca teniendo clara conciencia de que somos un país multiétnico y pluricultural, con aspectos regionales diferentes reales que no se pueden negar.
Hoy más que nunca su obra debe ser utilizada a nivel nacional como instrumento didáctico y de divulgación porque es necesario dejar de presentar a nuestro país bajo una sola identidad. Reconocer únicamente a indígenas serranos, algo de blancos y su mestizaje como los únicos elementos de la identidad étnico-cultural ecuatoriana es absurdo. No somos todos iguales, pues además de estos, hay amazónicos, cholos costeños, negros y la más importante cultura nacional, la montubia. Y esta diferencia es lo que la autora recoge y difunde en sus hermosos libros.
Desde 2003 a 2005 sus libros se difunden internacionalmente: por Su corazón escapó para convertirse en pájaro, Verde fue mi selva, Caminantes del Sol, Lágrimas de ángeles y J.R. Machete, Miteé y el canto de las ballenas y otros, escritos durante 25 años, fue nominada para el Premio Iberoamericano de literatura infantil y juvenil, ganando varios honores internacionales. El concurso de la Secretaría de Educación Pública de México (SEP), por dos oportunidades. Premio Nacional a las Artes Quitsa To, por literatura infantil y juvenil. Lista de Honor del Internacional Board of Books for the Young (IBBY). Son recomendados para las escuelas en los Estados Unidos, dentro de la red Scholastic Books.
Pero ahí no terminan los triunfos de nuestra compatriota, sus libros: Y su corazón escapó para convertirse en pájaro y Verde fue mi selva, han sido adoptados por las bibliotecas escolares de México como lectura obligatoria para niños y jóvenes mexicanos.
Y nosotros, para difundir lo nuestro, inculcar a la juventud lo que realmente nos identifica, a fin de que conozcan las diferencias que hacen nuestra diversidad, ¿qué? Monumental diferencia de criterios entre mexicanos y quienes normaron nuestra cultura y educación en general. Esto nos recuerda el enorme daño inflingido por un gobernante, que impidió a decenas de intelectuales españoles ingresar a nuestro país, quienes al triunfar Franco, escaparon de España... México les abrió las puertas; he ahí el abismo que solo salvará la educación.
Hace muchos años la literatura del Grupo de Guayaquil, especialmente la obra de José de la Cuadra, trazó una senda en tal sentido pero fue interrumpida. Hoy, el Archivo Histórico del Guayas, mediante publicaciones, casas abiertas, estímulo al folclore y la valorización de las culturas del Litoral ha logrado mucho por revalorizar lo costeño y sus expresiones culturales. Por eso, la literatura infantil que rescata nuestras culturas manteño-huancavilca, montubia, afroecuatoriana, andina y amazónica, es precisamente lo requerido para el resurgir del alma nacional.
Ninguna gestión gubernamental sería más acertada para crecer en el conocimiento y reconocimiento de nuestras grandes diferencias, que declarar lectura obligatoria en escuelas y colegios, todo libro de literatura infantil calificada que trate sobre nuestras cinco culturas básicas.