“Si el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos nos garantiza acceso real, es decir, no solo eliminación de aranceles sino también de restricciones sanitarias carentes de justificación científica, hay enormes posibilidades para ciertos productos colombianos”, afirmó Jorge Humberto Botero, ministro de Comercio, Industria y Turismo de ese país.

Aseguró que bajo este supuesto fundamental es que los gremios agrarios de mayor representatividad respaldan la negociación en curso y nombró como productos opcionados a la carne, leche, frutales, hortalizas, madera, aceite de palma y derivados.

Sus declaraciones desvirtuaron relacionar los eventos de la negociación del TLC con lo que llaman la debacle mexicana. Lo cierto, dijo, es que ni el sector agropecuario detuvo su crecimiento con la entrada en vigencia del Tratado  ni las importaciones arrasaron con la producción local; las exportaciones agrícolas mexicanas hacia esa potencia crecieron significativamente y en algunos casos aprovecharon el acceso preferencial para tomar una posición dominante.

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De acuerdo con un documento elaborado por Luis Lorente para el Ministerio de Agricultura en 2004, en el caso de México, muestra que la oferta nacional en los diez principales granos (maíz), carne, frutas y verduras creció entre 1994 y 2002, al tiempo que la atención de la demanda se siguió completando con importaciones.