La linderación de los territorios, defensa de la cultura y búsqueda de un mejor nivel de vida para los más de 2.200 huaorani, son los objetivos que persigue la Organización para la Nacionalidad Huaorani de la Amazonia Ecuatoriana (Onhae), un año después de la matanza de 26 taromenane por parte de nueve guerreros de Tigüino, afirma Camilo Huamoni, directivo de la organización.

La muerte de los taromenane, el 26 de mayo del 2003, originó un enfrentamiento entre los dirigentes de la Onhae y los de Tigüino, quienes incluso cuestionaron el manejo administrativo y acusaron de no defenderlos en el proceso que inició la Fiscalía de Pastaza.

Esa tensión aún se evidencia en los directivos de Tigüino pero la Onhae señala que la lucha de ellos es por todos los huaorani, asentados en 32 comunidades de Pastaza, Orellana y Napo. Huamoni señala que el caso de la matanza está cerrado.
“Los viejos se reunieron, decidieron perdón y la Onhae debió acatar. Nosotros hicimos trámites en la Fiscalía, pedimos que se respete la cultura y ahora estamos con nuevos objetivos”, señala el dirigente.

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Agrega que la organización trata de delimitar el territorio huaorani, en el que están inmiscuidos los taromenane. Desde hace tres meses, con el apoyo de organizaciones no gubernamentales, se inició la colocación de hitos en el noreste del territorio huaorani, que comprende 85.000 hectáreas, aunque el trabajo lleva solo un diez por ciento.

La dificultad principal de la linderación es la falta de acuerdo con los vecinos colonos, quienes poco a poco se han ido adentrando en la zona huaorani.