Los medios técnicos más rigurosos y la sensibilidad hacen de la arquitectura el arte de insondables expectativas y vigente servicio al bien colectivo.

Como pocos, ese arte se relaciona directamente con la urbe, con ese domus mayor del que griegos y latinos se sentían sanamente orgullosos.

Un arquitecto guayaquileño, Parsival Castro Pita, salió con esos dos recursos de técnica y sensibilidad, para dar a Guayaquil, junto a su obra de catedrático, estudios de interpretación del tesoro que esta ciudad mantiene en arquitectura.

Escultura y pintura, muy cerca de la esencia arquitectónica, han servido para que Guayaquil posea un alma colectiva especial. A esa dirección se orientó Castro. El reciente estudio del Cementerio General, es atractiva guía. Pero en el superior orden de la interpretación y la historia.

El acierto también toca la historia guayaquileña y sus hombres modelo.

De ahí que en la publicación que circula  haya el vértice de la génesis de los monumentos admirables, la observación del técnico, la sugestión de cuanto debemos hacer para protegerlos.

Y el rostro espléndido del arte bien asimilado y trascendente si se lo ama y descubre con la guía del entendido.

Total es que si no estuviera, como está en vanguardia, una facultad de arquitectura, como la que ha hecho al arquitecto de hoy, no estuviera completo el rostro de Guayaquil en los perfiles de su calidad escultórica y, naturalmente, arquitectónica.

Así lo dice el módulo del Palacio Municipal y su arte renacentista. O el de Pedro Carbo.

Son 44 años de trabajo de una facultad que hace al Alma Máter refrendar sus fines superiores. Parte vital es el posgrado con la educación continua.

Coincide la publicación referente al Cementerio, con esos 44 años.

Y como el cambio constructivo es la mejor hélice para avanzar por nuevas vanguardias, el auditorio Cubillo Renella fue el marco donde alcanzaron insignias de reconocimiento los maestros que recibían a los recién graduados.

Maestros que han dejado obra en los estudios de impactos ambientales, tecnologías de construcción a bajo costo, labores estrictamente técnicas y técnico-investigativas, coordinación del deporte como urbanismo y aglutinación social. Y la realidad del Centro de Investigación y Servicios que enseña cómo se puede dar a Guayaquil lo que necesita para asegurar sus modelos de trabajo.