A primera vista, algunas especies nos parecen raras, desproporcionadas, feas... pero al conocerlas entendemos que el dicho popular: La naturaleza es sabia.

El sitio web hipertextual.com publicó un listado explicando el porqué de las raras características de algunos animales.

Publicidad

Pico al revés

El hormiguero piquicurvo (Clytoctantes alixii) es un pájaro con el pico al revés. Le sirve para hurgar en los tallos secos, romper el bambú en busca de insectos y larvas.

Nariz estrellada

Puede no ser 'estética', pero la nariz estrellada de este topo le da grandes ventajas en su entorno. El condylura cristata es un gran depredador que habita en las profundidades del suelo y puede hacerlo gracias a sus tentáculos nasales. Con estos puede detectar lombrices e insectos, ya que recibe señales eléctricas que se transmiten en el suelo húmedo.

Publicidad

Intestinos nocivos

Los pepinos de mar tienen una característica realmente increíble. Si se sienten atacados, se defienden expulsando sus intestitos y luego ¡son capaces de regenerar sus órganos! Estas especies se defienden de esta manera con dos propósitos: sus intestinos pueden resultar urticantes y nocivos para ciertas víctimas y para otras sirve como una distracción mientras estos huyen.

¿Un pokemon?

El más pequeño de los armadillos (chlamyphorus truncatus) parece que en cualquier momento se puede transformar y, de cierta manera, lo hace. Cuando se siente amenazado, usa sus enormes garras para cavar rápidamente y meter la mitad de su cuerpo, dejando en la superficie su plana y dura 'espalda', que le sirve para mimetizarse y protegerse de los depredadores. Vive entre pasto, arena y cactus, buscando hormigueros y madrigueras.

Roedor desnudo

Parecen muy vulnerables, pero todo tiene una explicación y aquello que nos asusta podría ser su mayor defensa. Los 'topos o ratas desnudas' (Heterocephalus glaber) tienen enormes dientes que usan para excavar túneles y mantenerse protegidos de los depredadores y estudios científicos han determinado que los genes de esta especie podrían esconder secretos sobre el cáncer y el envejecimiento. (I)