No solo se ha perdido por la multiplicación de femicidios –eran 206 los verificados desde enero 1 a septiembre 3 del 2022, a los que habría que sumar los recientes, cual es el crimen de la abogada María Belén Bernal dentro de la Escuela Superior de Policía, donde se forma su oficialidad, y otros–, aparte de otras formas de violencia contra mujeres, encubierta por los que piensan “no hay que meterse en pelea de parejas”; por la multiplicación de atentados ejecutados por sicarios –decenas por mes– y por la no atención oportuna a la salud que precipita a la gravedad y a la muerte a personas de todas las edades y condiciones, sino también por los entornos en que se dan esas execrables conductas.

En el caso de María Belén, por la reacción inicial de personas de dentro del Gobierno, preocupadas por denunciar intenciones para afectar a la institucionalidad de la Policía Nacional –por “espíritu de cuerpo” y lealtades mal entendidas–, intenciones que quizás sí haya quienes las tengan, se pasó a indebidamente pensar que había encubrimiento. Su asesinato no fue solo la actuación criminal de un mal policía, sino –además– la evidencia de un quiebre en esa institución, esencial para la seguridad. El presidente Lasso no cayó en ese error.

Su asesinato no fue solo la actuación criminal de un mal policía, sino –además– la evidencia de un quiebre en esa institución, esencial para la seguridad. El presidente Lasso no cayó en ese error.

Personas que supieron del atropello contra María Belén, en el momento, y nada hicieron para impedirlo, o minutos, horas o días siguientes, que debieron impedir que fugue el criminal, deben ser sancionadas.

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Las agresiones a personas y sobre sus bienes por negarse a pagarlas son para generar miedo.

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La quiebra de la Seguridad Social se precipitó durante el correato. Una reforma legal en 2015, privándole del aporte del 40 % del Gobierno al Fondo de Pensiones y una modificación en la distribución de los aportes le significaron un hueco de aproximadamente 8.927 millones de dólares entre el 2015 y el 2018. En el caso de salud, se extendió la cobertura a la pareja del afiliado o pensionista –que no lo sea por cuenta propia– y a hijos menores de edad, desde el 2012. ¿Hubo estudios actuariales para que no quiebre el IESS?, para nada.

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¿La solución para el IESS? Afectar a las prestaciones. En el caso del hospital Carlos Andrade Marín, el más importante de Quito, según la Contraloría General del Estado, se disminuyó el techo presupuestario del 2021. En el caso de los medicamentos se pasó de $ 39,7 millones a $ 19,5 millones, reducción de más de $ 20 millones. Se excluyeron del Plan Anual de Compras (PAC) los medicamentos para artritis, esclerosis múltiple, leucemia, cáncer y otras patologías, usualmente próximas a ser terminales, y se fijaron mínimos volúmenes para antibióticos, anticoagulantes, antidepresivos, medicamentos para la diabetes, ansiolíticos, corticoides y analgésicos, porque pacientes y familiares siempre harán sacrificio para adquirirlos.

Lasso, Borrero y los actuales personeros del sistema de Seguridad Social tienen la oportunidad de evidenciar que sí van a respetar la vida de los ecuatorianos, corrigiendo las falacias que han venido siendo dominantes. (O)