En las nuevas generaciones, pero no restringido a ellas, y sin ser algo completamente nuevo, el poliamor empieza a ganar espacio, tanto que llega a necesitar justificaciones teóricas con una necesidad de perfilar lineamientos éticos encaminados a una argumentación moral.

El poliamor es una opción de sostener múltiples parejas, con quienes no se sostienen encuentros casuales, más bien buscan mantener múltiples relaciones amorosas de manera simultánea. A diferencia de una persona soltera que puede tener múltiples parejas sexuales, o una persona involucrada en una relación monógama que decide ser infiel, el poliamoroso buscar sostener el amor con varios.

¡Patria querida!

En el marco de las argumentaciones comunes y teóricas se repite una y otra vez que la monogamia es un invento del sistema, un dispositivo del poder diría Foucault, que colabora de la mano del patriarcado y el capitalismo para someter los deseos y cuerpos del sujeto. Así el amor se ha vuelto el menos visible de los diversos campos de lucha del progresismo actual, y es otra dimensión más donde busca liberar al individuo de los males terrenales creados por el mismo hombre.

¿Qué propone? El poliamor, desde una mala comprensión de la racionalidad, considera que es posible llegar a consensos entre los involucrados amorosos con el fin de acordar el número de distintas parejas que es posible sostener, qué tipo de relaciones sexuales mantener, qué días y número de horas es posible destinar a las distintas parejas, y así un sinnúmero de acuerdos con el fin de someter a control al amor. ¿Se imaginan que Ana Karenina hubiese sentado en la misma mesa a su esposo, Karenin, y a su amante, Vronsky, para en una tarde llegar a consensos y producir un calendario y reglas para su relación amorosa? Tolstói se hubiese quedado sin una de sus grandes novelas.

¿Pudo una mujer ser el Mesías?

El poliamoroso considera que no tiene sentido sentirse mal o culpable por enamorarse o tener sexo con personas distintas a su pareja. ¿Por qué habría de sentirse mal si el placer se siente bien? El poliamor busca eliminar aquellas sensaciones y experiencias del amor que nos hacen sentir mal, busca perfeccionar el amor eliminando sus límites para reemplazarlos con una ilusa racionalidad humana que pretende controlar y/o eliminar los celos, la inseguridad, el compromiso y el deber frente al otro. El amor es quizás una de las emociones más complejas de la experiencia humana. Sin duda es un carrusel, no por nada varios filósofos lo describen como una sensación de vértigo de un lanzamiento al vacío. No solo hay placer, felicidad, satisfacción, involucra el miedo, la frustración, ansiedad, dolor, tristeza. Pero ante todo es una continua decisión de mantener un compromiso frente al otro mediante un continuo aprendizaje, que no nace de una sesión previsora, sino de un continuo ejercicio de prueba y error. Lo cual no solo es satisfactorio sino también angustioso y molesto. El poliamoroso desea únicamente el placer y bienestar, y controlar una de nuestras emociones más complejas. El amor bajo diseño y planificación no es amor; sin espontaneidad no hay libertad, y el amor debería ser una decisión de libertad. ¿Poliamor? No, gracias. (O)