La nacionalidad es un vínculo jurídico entre una persona y un Estado, derivado del nacimiento en él o de la naturalización, así como del idioma común y las tradiciones compartidas. El Estado ecuatoriano reconoce, en la Constitución de 2008, la convivencia plurinacional e intercultural en un territorio inalienable, irreductible e inviolable. Además, nadie podrá atentar contra la unidad ni fomentar acciones de secesión que dividan a la población.
Sin embargo, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) malinterpreta el concepto de plurinacionalidad al establecer 15 nacionalidades y 18 pueblos asignándoles territorios ancestrales indeterminados o no delimitados, en los que las fuerzas de seguridad del Estado no pueden ingresar. Si lo hacen, se capturan (retienen o secuestran), y aplican su “justicia indígena”, que incluye el palo, la tortura y, sobre todo, la ortiga. Entonces, ¿los indígenas tendrían doble nacionalidad, por ejemplo, la ecuatoriana y la quichua?
En un caso reciente, secuestraron a 17 militares durante días, les aplicaron esa justicia indígena o “justicia de la ortiga”, luego los liberaron con la sanción de que no podrían reaparecer en diez años. Solo les faltó decir que la buena ortiga que recibieron mejoró su salud, porque esa hierba medicinal ancestral les quitó la artritis, deshinchó los golpes y, como diurético, les extrajo las piedras que recibieron antes. Esta acción constituye una advertencia, para la nacionalidad ecuatoriana no indígena, de que esta ley rige en territorios indígenas. ¿Sería aplicable la ancestral ley del Talión, “ojo por ojo”, actualizándola a “ortiga por ortiga”, cuando los indígenas salgan de sus territorios ancestrales? —No, sería una barbarie—.
La Conaie está movilizada pidiendo que se derogue la ley —justa y necesaria— de eliminación del subsidio al diésel. Sin embargo, ha descubierto nuevamente su objetivo político: llegar al poder por cualquier medio desestabilizador, ya que Leonidas Iza no pudo hacerlo por la vía democrática en las elecciones de 2025. Lo han demostrado varias veces, como en el año 2000, cuando tomaron el Congreso Nacional con el apoyo de un grupo de militares encabezados por el coronel Lucio Gutiérrez. Apoyaron al candidato Rafael Correa, quien incluyó en la Constitución de 2008 las normas a favor de la plurinacionalidad. Causaron gran inestabilidad a los gobiernos de Lenín Moreno y Guillermo Lasso.
Hoy, quieren someter al presidente Daniel Noboa y a los ecuatorianos con la diferencia de que han incrementado su participación violenta, los movimientos políticos adversos, grupos de acción subversiva armada, bandas del crimen organizado y anarquistas. La Conaie niega cualquier alianza o colusión; sin embargo, el caos de violencia generado es uno solo. Hasta amenazan con tomarse la capital de la República y atentan contra la vida del presidente Noboa.
Ecuatorianos, tenemos un solo Estado legalmente constituido. No podemos aceptar que se generen pequeños Estados por cada nación, recurriendo a la plurinacionalidad, ni tolerar la “ley de la ortiga”, o un magnicidio. Ojalá los asambleístas elegidos para elaborar la nueva Constitución no la hagan híbrida ni delimiten territorios indígenas “ancestrales”. (O)