En su presentación del pasado viernes, Bill Maher llamó la atención sobre el preocupante aumento de la población mundial; y cuestionó en su show que el secretario general de la ONU “celebrara” el que hayamos alcanzado los 8 mil millones de habitantes sobre el planeta.

La semana pasada también se difundió por varios medios que la humanidad entera ya había consumido los recursos producidos por nuestro planeta en un año. Actualmente, consumimos el producto de 1,73 planetas Tierra anualmente. Si todos los humanos tuvieran un nivel de consumo equivalente al de la población estadounidense, requeriríamos lo producido por cinco planetas Tierra. Lo preocupante de esto es que muchos habitantes del planeta, como China, India y África aspiran a tener un estilo de vida semejante al de los Estados Unidos.

Algunos pensadores relevantes, como el propio Elon Musk, descartan que la sobrepoblación sea un problema. Aseguran que el planeta puede soportar aún más humanos sobre su superficie. Musk llega incluso a creer que el problema a enfrentar es el “colapso” de la población humana. Si nos pusiéramos todos en un solo sitio, con la densidad poblacional de Nueva York, ocuparíamos un área equivalente a Texas o Ucrania. Sin embargo, la sobrepoblación no es un problema de espacio sino de recursos. Nos estamos quedando con menos bosques, menos tierras fértiles, menos agua. Maher denuncia que estamos sufriendo escasez de materiales tan inconcebibles, como la arena. En cuestión de décadas tendremos complicaciones para producir cemento (el material más contaminante del planeta) o vidrio.

El desafío futuro es cambiar la valoración moral con la que juzgamos la procreación...

Existen muchos ámbitos culturales que deciden ignorar el contexto ambiental actual y promueven el aumento poblacional. Muchos de ellos son de carácter religioso, pero también hay otros que son de índole social. Muchos de los países de la Unión Europea otorgan un bono a las parejas cuando tienen un hijo. ¿Y si el bono fuera para las parejas que no tienen hijos?

Durante los años ochenta, Ben Wattenberg escribió The Birth Dearth, que ahora es el libro de cabecera del ala más extremista del Partido Republicano. Wattenberg denunciaba en esos tiempos lo que es una realidad en la actualidad norteamericana: el mestizaje racial. Un dato que se subraya en dicha publicación es el índice de abortos realizados por mujeres estadounidenses. Según Watternberg, más del 60 % de los abortos practicados son solicitados por mujeres blancas; y exige que se usen todos los medios posibles para revertir este decrecimiento de la población blanca, a fin de que esta no pierda su hegemonía. La valoración moral del aborto es una de las herramientas sugeridas en dicho libro para revertir la mencionada tendencia.

Bill Maher no es el primero en denunciar cuán critica es nuestra situación actual. Los noticiarios están llenos de advertencias que muchos prefieren ignorar. El desafío futuro es cambiar la valoración moral con la que juzgamos la procreación; a la vez que reconfiguramos nuestros modelos de desarrollo basados peligrosamente en el crecimiento de la población y del consumo. (O)