El hongo Fusarium Raza 4, considerado entre las diez enfermedades más letales de la agricultura, ya está en Perú, en una zona muy cerca de la frontera con Ecuador. Es vital tomar medidas urgentes.

Tras la confirmación, Perú dispuso la emergencia fitosanitaria en su territorio para la ejecución de acciones de vigilancia, control y erradicación de la plaga.

La amenaza de este hongo no es nueva para nosotros. El clúster bananero del Ecuador viene llevando un monitoreo constante de los avances de la infección del hongo en países bananeros, en especial de Australia, Taiwán, Filipinas e Israel, donde hay mayor experiencia y tecnología en su manejo y control.

El clúster bananero está conformado por cuatro gremios: la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador (AEBE), la Asociación de Comercialización y Exportación de Banano (Acorbanec), la Corporación Regional de Bananeros Ecuatorianos (Agroban) y la Cámara de Agricultura de la Segunda Zona.

La llegada del hongo a Colombia en el 2019 impulsó la gestión público-privada requerida de los distintos actores vinculados al sector bananero: Ministerio de Agricultura, gobiernos autónomos de regiones bananeras, productores, exportadores, academia, entre otros. Esto sirvió para que las plantaciones ecuatorianas no se vieran afectadas y se envió un contundente mensaje a nivel mundial de la preocupación y rápida respuesta del sector. Esta vez la amenaza llega por el sur y estamos dispuestos a coordinar una agenda con acciones concretas para enfrentar esta amenaza. Es urgente que la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario mantenga una agenda de cooperación con Senasa de Perú con la finalidad de monitorear el estatus actual del hongo en el norte de Perú.

El clúster bananero del Ecuador sugiere la implementación inmediata de un plan de cuarentena, control y cierre en la frontera sur para evitar la propagación del hongo. Este plan debe ser coordinado entre Ministerio de Agricultura y Ministerio de Defensa, para el control necesario de los pasos fronterizos formales y clandestinos.

Es clave conformar mesas técnicas para tratar algunos temas en torno a esta problemática: un programa de financiamiento para que las haciendas puedan invertir en medidas preventivas, talleres de capacitación sobre los protocolos de control y manejo del hongo en las fincas; financiamiento e importación de productos bioestimulantes que pueden inhibir el hongo. Discutir sobre protocolos de autorización para el ingreso de nuevas variedades resistentes desarrolladas en Australia, Filipinas, Taiwán e Israel; así como el fortalecimiento de la actual capacidad instalada en laboratorios públicos y privados para fines de diagnóstico y monitoreo preventivo en caso de emergencias.

Estamos seguros de que el trabajo en conjunto nos permitirá enfrentar eficazmente esta amenaza tal como lo hicimos en 2019, o en 2020 cuando ni la pandemia del COVID-19 logró paralizarnos. Estamos comprometidos con las 250.000 familias que dependen de esta actividad económica y con la meta de seguir llevando el banano ecuatoriano al mundo entero. Somos resilientes. (O)