El mes de mayo goza de un clima privilegiado en el hemisferio norte, corresponde al último mes de primavera simbolizando la renovación y comienzo de ciclos, identificándose también como el mes de las novias. La naturaleza se pinta de colores, las plantas florecen y marca la entrada del verano.
Del maestro David Samaniego aprendí que mayo es un mes especial, en él se rinden honores a tres madres que les debemos guardar amor y reverencia: la madre natural, que la celebramos en el Día de las Madres el segundo domingo de mayo; la madre celestial, la Virgen María que se la venera el 24 de mayo en la advocación de María Auxiliadora de los Cristianos, y en esta misma fecha se conmemora la batalla del Pichincha, como independencia de nuestra madre patria.
Para Ecuador, mayo ha sido un mes muy especial, ha marcado un nuevo ciclo, pues el día 14 se instaló la Asamblea Nacional, con 151 legisladores y dos fuerzas políticas claramente definidas como las más numerosas e identificadas con dos corrientes ideológicas contrapuestas. Unos que promueven el estatismo, progresismo (izquierdas de toda clase), la ideología de género y cultura woke, y otros que impulsan la libre empresa, el derecho privado, el liberalismo e ideología de derecha, que defienden la sociedad y la familia, combatiendo la delincuencia organizada y narcotráfico.
La Asamblea se instaló según lo programado, habiendo resultado electo como presidente de la misma Niels Olsen, joven profesional electo asambleísta por el movimiento político de Gobierno Acción Democrática Nacional (ADN), que captó la mayoría del Consejo de Administración Legislativa (CAL) y 12 de las 15 comisiones especializadas del órgano legislativo. El partido contrario, Revolución Ciudadana (RC5), rompió en estridentes reclamos e improperios, porque a ellos les han hecho lo que han estado acostumbrados a hacer a otros, recibiendo una dosis de su propia medicina.
Ese mismo mes, mientras se conmemoraban el día de María Auxiliadora y la batalla del Pichincha, se llevó a efecto en las instalaciones de la Asamblea Nacional el acto de posesión del presidente de la República electo para un nuevo ciclo, Daniel Noboa Azín. Ceremonia sencilla pero majestuosa, con 93 delegaciones internacionales y dos presidentes de países amigos, uno de ellos Gustavo Petro, de Colombia, quien no sabía para qué vino, y en un derroche de ignorancia protocolar y diplomática opinó de asuntos internos del Ecuador. Una pena por nuestro vecino país, cuyo presidente no representa al verdadero pueblo hermano. Hasta la RC5 contribuyó con su ausencia, para que la ceremonia sea límpida y sin inconvenientes.
Los discursos de ambos dignatarios fueron verdaderas proclamas de un nuevo país, evidenciando nuevos estilos, diferentes a la política tradicional de intereses personales. Bien por nuestro país, esperemos ahora que se ejecuten todos los buenos deseos y planes de gobierno.
En lo que a este articulista respecta, también mayo fue especial, en su inicio se conmemoró su nacimiento, y su final marca el inicio de la colaboración editorial en este prestigioso diario, como renovación y comienzo de un nuevo ciclo. (O)