Nos estamos olvidando que en el país se han desperdiciado miles de millones de dólares en obras de infraestructura, parcialmente o nunca utilizadas en su totalidad, ejemplos hay muchos en todas las facetas productivas. Ahora nos referiremos a una que reviste singular importancia, cuyo usufructo pleno hubiese hecho del Ecuador “el granero de América”, envidia del mundo, se trata de la represa de propósito múltiple Daule-Peripa, con una capacidad de almacenamiento de seis mil millones de metros cúbicos, con un costo de tres mil millones de dólares.

El mejor aprovechamiento ha sido la generación eléctrica, pero solo en el 60 % de su capacidad, en tanto el 50 % de su potencial hídrico no es empleado, comportamiento común a los programas estatales de riego, con una eficiencia menor al 40 %, mientras el

30 % está destruido y el 70 % restante en proceso de deterioro. En paralelo, se cuantifican cantidades desorbitantes gastadas en estudios, cuyos voluminosos textos podrían colmar cientos de oficinas, continuando la danza del despilfarro cuando siguen siendo la base para contratar investigaciones que terminarán en los archivos de entidades públicas, sin ningún beneficio.

Hace pocos días atestiguamos la amplia presentación del Plan de Manejo para la Administración de los Recursos Naturales Renovables y el Riego de la Cuenca del Daule, esfuerzo de un grupo de técnicos nacionales, elaborado bajo los auspicios de la Universidad Católica de Guayaquil y el soporte de la CAF y la empresa municipal Emapag EP.

Se confía en que la prefecta Dra. Susana González Rosado, por su entusiasmo y entrega, lo adoptará con fervor patriótico, acudiendo a los diversos caminos de financiamiento que el mismo texto franquea. Adicionalmente, existe la certeza de que la Dra. Cynthia Viteri Jiménez, alcaldesa de Guayaquil, con su nunca desmentido apoyo a todo lo que significa beneficio al cantón, lo secundará con empeño, porque el río Daule es la fuente originaria del agua potable de la ciudad, habiendo demostrado su viva preocupación impulsando el funcionamiento de una “estación remota para el monitoreo en línea de la calidad del agua del río”, en operación.

La magnitud hidrográfica del Daule no solo comprende a ese pintoresco cantón, abarca de manera directa desde su nacimiento a cuatro provincias (Guayas, Los Ríos, Manabí y Santo Domingo de los Tsáchilas), 28 cantones y 98 gobiernos parroquiales. La inmensa cuenca de 13.500 km2 tiene poderío suficiente para suplir de agua para uso humano, ganadero, industrial y riego, aplicando un consistente plan de manejo que recupere suelos erosionados y libere a los consumidores de contaminación con heces fecales, residuos orgánicos indeseables y pesticidas tóxicos, aspectos consignados en el valioso trabajo técnico, motivo de este comentario.

Es urgente la institucionalización sugerida en la propuesta, que bien podría ser una mancomunidad de consejos provinciales y la agrupación formal de los concejos cantonales involucrados, bajo el liderazgo de la prefecta y la alcaldesa de Guayaquil. La realización del plan significará una fuente de trabajo para miles de ciudadanos sin empleo. (O)