José era conserje en una institución educativa, padre de cuatro hijos, uno de los cuales ya terminaba el bachillerato y quería ir a la universidad, pero él se negaba, consideraba que era perder el tiempo y que debía dedicarse a trabajar, en cualquier cosa. Paradójicamente, aunque trabajaba en una institución educativa, José no sabía leer ni escribir. Cuando el rector lo supo, inmediatamente ordenó al departamento de personal que le informara si había otros casos. Los había. Entonces, la orden fue “Consiga que nos incluyan en el plan de alfabetización de adultos; todos los que no hayan terminado la primaria deben matricularse y asistirán a clases dentro del horario de trabajo”. José se negaba, creía que no era necesario; sin embargo, ante el riesgo de perder el trabajo, aceptó. Cuando recibió su certificado, estaba muy orgulloso y estimuló a su hijo para que fuera a la universidad. Hoy, los cuatro hijos de José son profesionales y ya tiene un nieto listo para estudios superiores. Es una muestra de cómo la alfabetización completa transforma vidas y, seguramente, países.

Feria del libro contra nuevo analfabetismo

En nuestro país, según cifras del INEC, el 6 % de los ecuatorianos mayores de quince años, esto es, 764.610, no sabe leer ni escribir. El problema es más grave en zonas rurales, donde la tasa de analfabetismo puede llegar a 11,1 %, mientras en los centros urbanos es de 3,6 %.

Pero el problema es mayor porque no es suficiente reconocer las palabras y, si no se conoce su significado, tampoco podrá entenderse el de un texto, con lo cual no pueden conocer la información que encierra. En otras palabras, son analfabetos funcionales y así llegan a la universidad muchos jóvenes bachilleres, sin la capacidad de lectura requerida para los estudios superiores.

(...) una campaña de alfabetización completa y bien entendida es indispensable para la convivencia democrática...

La lectura es una herramienta fundamental porque estimula el pensamiento crítico, influye en el desarrollo de la capacidad cognitiva, amplía el vocabulario, con lo que se enriquece la expresión, y facilita la comprensión y reflexión de lo leído o escuchado.

Lo que antecede pretende llevar a la conclusión de que una campaña de alfabetización completa y bien entendida es indispensable para la convivencia democrática y la participación, pues esto requiere ciudadanos críticos, capaces de analizar antes de decidir con independencia, sin dejarse llevar por la influencia de la publicidad ni los discursos exaltados de los aspirantes a captar el poder.

Indicadores de alfabetización, asistencia a bachillerato y a primaria registran una mejoría en Guayaquil, según cabildo

En un mes tendremos un nuevo Gobierno; será de transición y, probablemente, deberá centrarse en lo que se considera más urgente para que el país recupere la tranquilidad que le permita a los ciudadanos desempeñar todas sus labores en un ambiente de seguridad física y jurídica. Pero hay problemas que, aunque no lo notamos, tienen mucho que ver con la realidad política y con los vaivenes que ponen en peligro lo que llamamos democracia. Uno de ellos es el tema de este artículo.

No podemos pretender que en el corto periodo de gobierno que se avecina se encare este problema, pues de acuerdo a la realidad hay otras urgencias y atenderlas ahora podría ser el marco necesario para que quienes quieran ser electos para gobernar desde el 2025 lo vean como prioridad. (O)