En medio de la efervescencia del Mundial del Fútbol Qatar 2022, encontré un interesante artículo que analiza los aspectos y desafectos de escritores e intelectuales con el fútbol, encontrando singulares reflexiones al respecto; en ese contexto, el artículo sugiere conformar dos sui generis selecciones, la “antifutbolera” por una parte y la “futbolera” por otra, incorporando relevantes personajes con una visión antagónica respecto del deporte más popular del planeta.

En lo concerniente de la selección “antifutbolera”, quizás está por demás señalar que el brazalete de capitán lo debería ostentar Jorge Luis Borges, el insigne escritor argentino que desafortunadamente no llegó a ganar el Premio Nobel de Literatura y quien no ocultaba su absoluto y total desprecio hacia el fútbol.

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Las frases de Borges son categóricas, como por ejemplo cuando señaló que “el fútbol es popular porque la estupidez es popular”, “detesto el fútbol, es un juego brutal que no requiere un coraje especial porque nadie se juega la vida”, o simplemente “el fútbol despierta las peores pasiones”, poniendo en evidencia que las descalificaciones que hacía Borges del fútbol guardaban estrecha vinculación con su forma de ver la vida.

El escritor y pensador español Fernando Savater, que también formaría parte de esta selección, menciona que cuando en los partidos de fútbol hay banderas nacionales de por medio, como ocurre en los mundiales, los fanáticos se convierten en lunáticos poseídos por el “síndrome patriotero” que habría hecho a Macbeth “añorar la amable compañías de las brujas”.

Así como Borges y Savater, otros escritores como Umberto Eco y Guillermo Cabrera Infante también despreciaban al fútbol a diferencia de aquellos que no dudaron en exteriorizar su indiscutible pasión por el fútbol.

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Camilo José Cela, el gran escritor español, Premio Nobel de Literatura de 1989, era un enfervorizado seguidor del fútbol a tal punto de que llegó a escribir un libro titulado Once cuentos de fútbol, afición que también la compartió el premio nobel colombiano Gabriel García Márquez, quien señaló que “a alguien a quien verdaderamente le gusta el fútbol nada le importa, quien gane o quien pierde, porque solo el verlo jugar es un gran y bello espectáculo”.

Albert Camus recordaba lo que “le debe al fútbol”, mientras que el escritor uruguayo Eduardo Galeano desbordaba pasión por el fútbol, siendo recordada su frase de que dicho deporte es “la única religión que no tiene ateos”, mencionando también que “yo me quedo con esa melancolía irremediable que todos sentimos después del amor y al fin del partido”.

Pero quizás, la mención más interesante de lo que significa el fútbol es aquella que señala que “es lo más importante de las cosas menos importantes”; no se conoce en realidad si lo dijo el entrenador italiano Arrigo Sacchi o si fue el argentino Jorge Valdano, pero sin lugar a dudas encierra el gran secreto del fútbol y las razones de que quizás no exista otro deporte que lo iguale. (O)