Según la sabiduría popular la expresión que tiene como título esta columna significa que se ha engañado a alguien o algunos con mala fe, es decir, que se ha producido un engaño a propósito. No obstante, el amigo Google nos enseña que surge de la costumbre extendida en la Edad Media de ofrecer platos con liebre como elemento principal, cuando en realidad se hacían con gato, debido a la similitud que presentan ambos animales una vez que han sido desollados.

En uno u otro sentido, ora por la mala fe de los miembros de la Comisión de Justicia de la Asamblea Nacional, ora porque quisieron vender unas reformas penales buenísimas cuando realmente estaban podridas, lo sucedido en esta Comisión en la previa de las fiestas de carnaval es ciertamente indignante dada la magnitud del dedo apocalíptico que querían meterle al país estos honorables asambleístas.

Pero vamos por el principio. Esta iniciativa legislativa nació de la unificación de más de 40 proyectos de reformas al Código Orgánico Integral Penal (COIP) contenida en 86 artículos. Ahora bien, una vez que se pulió el texto en la Comisión de Justicia, José Agualsaca, asambleísta por la Revolución Ciudadana (RC), dentro de la sesión que preparaba el informe para el segundo debate presentó dos observaciones para que sean incluidas en el texto final de la reforma. La primera reformando uno de los artículos que tienen que ver con el recurso de revisión, agregando una causal, así como la incorporación de una disposición general única, que es una auténtica aberración jurídica.

Asamblea Nacional entra a definir las reformas al COIP en medio de polémicas propuestas legislativas

Ante este burdo sainete, la señora ministra fiscal Diana Salazar expresó lo siguiente a través de la cuenta oficial de la Fiscalía General en la red X: “El propósito de incluir como causal del recurso de revisión un nuevo análisis sobre vicios procesales y pronunciamientos de comités de derechos humanos (que no tienen la misma validez que una decisión de la Corte IDH), no solo va en contra del sentido y finalidad misma de este recurso, sino que –además– irrespeta la institución de cosa juzgada, cuya decisión únicamente admite reforma en circunstancias excepcionalísimas, pues si banalizamos su procedencia, todo el sistema de justicia y sus decisiones perderían valor, abriendo la posibilidad a que todo delincuente con sentencia condenatoria ejecutoriada sea puesto en libertad”.

El presidente de la Asamblea Nacional ha convocado la continuación de la sesión para aprobación o archivo de este proyecto de reformas al COIP. Existe la intención de partirlo en tres para aprobar lo “bueno” y rechazar lo “malo”. Pero lo cierto es que el mejor camino que debe transitar este proyecto es el del archivo. El engaño de que esta reforma traía grandes y beneficiosos cambios (no es más que populismo penal puro y duro) no se debe cohonestar con una jugarreta de buscar aprobar por capítulos algo que está podrido en el fondo y en la forma.

Esperemos que los asambleístas sensatos y coherentes que sí existen en la Asamblea Nacional manden al basurero de la historia este mamotreto jurídico. (O)