En estos últimos meses el mundo ha puesto sus ojos en la inteligencia artificial (IA) y en su hit del momento ChatGPT, inundando todo tipo de medios digitales con un amplio espectro de ideas y teorías que incluyen hasta el fin de la humanidad como la conocemos.

Este febril interés por la IA ha encandilado a la opinión pública, impidiéndole ver la tecnología con el mayor poder disruptor de toda nuestra historia. Hablo de la tecnología cuántica que incluye a la computación, simulación, sensado, óptica, nanotecnología, aprendizaje automático, metrología, comunicación y criptografía cuánticas, entre otras.

La tecnología cuántica viene a revolucionar prácticamente todas las tecnologías existentes y en desarrollo y como consecuencia de esto todos los asuntos humanos. En otras palabras, la tecnología cuántica nos empujará a una nueva era, la era cuántica.

Para comprender como especie qué significa entrar a una era dominada por tecnologías cuánticas es necesario dar una mirada histórica a nuestra evolución de la mano de las tecnologías analógicas y digitales.

Las primeras evidencias de tecnologías analógicas se remontan a los sistemas antiguos de medición como la longitud y el peso en un rango continuo de valores, utilizados por la antigua civilización egipcia. También los antiguos relojes de sol, de agua y de péndulo que utilizaban movimientos continuos son un fiel reflejo de tecnologías analógicas. En el siglo XIX surge el telégrafo eléctrico y posteriormente la invención de la telefonía de la mano de Alexander Graham Bell en 1876. Finalmente, en el siglo XX la tecnología analógica alcanza su máxima expresión con la radiodifusión y la electrónica analógica.

Luego de siglos de era analógica y cuando esta alcanzaba su máxima plenitud de la mano de la televisión, con todos sus problemas de susceptibilidad al ruido del entorno que saboteaba la nitidez de la transmisión e imagen, nacen las primeras tecnologías digitales con el desarrollo de la computación binaria. Es el comienzo de la era digital (nuestra era), donde la unidad básica de la información es representada en ceros y unos (bit), permitiendo una velocidad y precisión de procesamiento de información nunca vistos.

Ahora se pueden almacenar grandes cantidades de información en espacios pequeños, además de copiar y transmitir información rápidamente y sin pérdida de calidad. Es la era donde los humanos disfrutan de internet, el correo electrónico, el smartphone, la tableta, redes sociales, microchats, Smart TV, y de todo tipo de apps como Netflix, Spotify, Amazon, Uber, Airbnb, Google, WhatsApp, y cientos de otras.

La revolución digital cambió de manera radical los modelos de negocio y la forma en que las personas se conectan y comunican unas con otras. La era digital es también una era de hiperconexión con una enorme producción de datos dando forma a los macrodatos (big data).

Como respuesta a la enorme magnitud de los datos y los problemas de seguridad de estos, la IA adquiere cada vez más protagonismo, puesto que con esta revolucionaria tecnología es posible extraer enormes beneficios económicos y científicos.

Es aquí donde la tecnología cuántica se perfila como la nueva y gran respuesta, dado que, las computadoras cuánticas pueden entrenar de manera mucho más rápida a los algoritmos de IA. Hablamos de inteligencia artificial cuántica y del inicio de la era cuántica.

Esta nueva era promete avances significativos en términos de capacidad de procesamiento de datos y seguridad en el manejo de estos. Ahora la unidad básica de información es el qubit que representa múltiples estados al mismo tiempo. No como el bit de la era digital que solo puede ser representado por ceros y unos.

Gracias a los fenómenos cuánticos de superposición y entrelazamiento, las computadoras cuánticas pueden realizar múltiples tareas al mismo tiempo, lo que potencialmente les permite resolver problemas que son inabordables para las computadoras digitales tradicionales.

Todo hace pensar que en la era cuántica seremos testigos de una transformación sin igual del mundo, en el que veremos la cura del cáncer y de muchas otras enfermedades, la solución al enigma del envejecimiento, la respuesta al cambio climático, el descubrimiento de los secretos del universo, de la vida, y mucho más. (O)