Hace poco un amigo cercano me preguntó: ¿Por qué ahora los billonarios quieren ir al espacio? Estaba haciendo referencia a los proyectos espaciales impulsados por las compañías Virgin Galactic de Richard Branson; Blue Origin de Jeff Bezos; y, SpaceX de Elon Musk. En realidad, le respondí, son muy pocos los billonarios que ‘quieren ir al espacio’. Lo que pasa es que las dos fortunas más grandes del planeta –Bezos y Musk– tienen proyectos espaciales. La mayoría de los billonarios no les interesa el espacio.

Esta nueva carrera espacial hay que ponerla en perspectiva porque, en puridad, no se están consiguiendo logros que no se hayan alcanzado bastante tiempo atrás, en la década de los 60. Y es que, esto no es una carrera espacial, como lo fue aquella de que culminó con el alunizaje de 1969. Esta es una carrera empresarial, parecida a la que hubo cuando recién se desarrollaron los ferrocarriles, en la que compañías ven una oportunidad de negocio e invertir para mejorar tecnología existente y brindar un mejor servicio a aquellos que necesitan o quieren ir al espacio.

Virgin Galactic, apunta a desarrollar un negocio de turismo espacial, para lo cual ha diseñado un avión que lleva a sus pasajeros a 80km de altura. Blue Origin tiene dos proyectos: New Shepard y New Glenn, nombrados en honor a Alan Sheppard y a John Glenn, que fueron los primeros americanos en ir al espacio y en orbitar la Tierra, respectivamente. New Shepard es un cohete completamente automatizado, que te lleva a 100km de altura. Durante el trayecto tendrás 6 minutos de gravedad cero y podrás observar la curvatura de la Tierra y el negro absoluto del espacio, en una experiencia que, para los ateos, debe ser lo más cercano a una experiencia mística o espiritual. New Glenn, por su parte, está diseñado para ser un vehículo de carga comercial para compañías que necesiten poner sus satélites en órbita, aunque todavía no está operativo.

SpaceX es la más ambiciosa y avanzada de las compañías dedicadas al negocio espacial. Particularmente, el negocio de la carga espacial es algo que SpaceX tiene absolutamente dominado y en el cual es líder absoluto con su casi infalible Falcon 9 y, ahora, con su colosal Starship, opacando a sus otros dos competidores. SpaceX también apunta a un turismo espacial más complejo y extremo: llevar a humanos a orbitar la Tierra, como lo hizo Yuri Gagarin en 1961 y John Glenn en 1962, aunque con más comodidades y menos riesgos.

Sin duda, estos tres billonarios, y sus compañías, son dignos de admirar. Ojalá más billonarios se unan a esta carrera para hacer el espacio más asequible. Eso sí, la verdadera exploración espacial, esa que nos va a llevar a colonizar Marte o a descubrir vida en las lunas de Saturno o Júpiter, no es algo que van a alcanzar un grupo de billonarios. Para esto necesitamos de un esfuerzo de todas las agencias espaciales, especialmente de la NASA y la ESA, para que se sigan enfocando, aunque con más acuciosidad y urgencia, en las nuevas fronteras espaciales; en ir, en palabras del famoso Buzz LightYear, “al infinito y más allá.”