Guayaquil ha tenido la tradición de forjar instituciones comprometiendo los apoyos requeridos, invitando al Gobierno central a que se sume y a otras ciudades de la patria que sigan su ejemplo.

Cito las instituciones de salud. La Junta de Beneficencia de Guayaquil (desde 1888), con unidades médicas de excelencia. La Benemérita Sociedad Protectora de la Infancia (desde 1905), con su hospital León Becerra. La Sociedad de Puericultura Casa Cuna Juan B. Arzube Cordero (desde 1918), pionera de estos establecimientos para recién nacidos e infantes. La Liga Ecuatoriana Antituberculosa-LEA, (1940), luego absorbida por el Gobierno central. La Sociedad de Lucha contra el Cáncer, Solca (1951), sin duda el ejemplo actual de lo que debe ser una organización médica especializada. Tradición de organizaciones de servicio, sin fines de lucro, con metas de eficiencia.

La Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Guayaquil le propuso a la ciudad el hospital Universitario. El presidente Jaime Roldós Aguilera, 1980, se comprometió para un mecanismo de parcial financiamiento con la comprensión de empresas de Guayaquil. Murió Jaime Roldós, el 24 de mayo de 1981. Años después se hicieron prediseños y se compró un macroterreno que no se desarrolló. Cuando llegué al Rectorado de la Universidad, 1994, con el voto de docentes, representantes estudiantiles y servidores no docentes, el rector saliente me expresó que las empresas no querían pagar las contribuciones para la universidad. Era alcalde de Guayaquil León Febres-Cordero, con quien no había saludado desde 1984. En diciembre de 1994, un amigo común provocó un encuentro en el que le hablé del hospital Universitario, de la reunión salimos a la Perimetral, ubicó unos terrenos que para canchas deportivas le había ofrecido a Sabino Hernández, presidente del Comité Olímpico, la misma tarde hablamos con Sabino, quien aceptó ceder el espacio para el hospital Universitario. Hablé con los empresarios que aseguraron su contribución y fuimos adelante, se consiguieron donaciones importantes para el equipamiento y operatividad, dirigió la parte constructiva el Ing. José Tomalá, vicerrector administrativo de la universidad, y en julio del 2004 se entregó el hospital a la ciudad, con un importante fondo acumulado para el arranque operativo. Llegó a la Presidencia de la República Rafael Correa, no solo no apoyó al hospital, sino que demandó al rector Carlos Cedeño la entrega del hospital al Gobierno central.

Por la muerte de doce niños recién nacidos en el hospital Universitario, de haber omisiones de atención oportuna, más grave si se produjeron contagios por reutilización de materiales, ante falta de estos –se mencionan cánulas para oxigenación– deben fijarse responsabilidades y además proceder a correctivos urgentes en todas las unidades médicas.

Urgente será que en toda casa de salud se asegure su operatividad, en sus equipos, en materiales, en medicamentos y en alimentación, y que haya periódicas revisiones de verificación. En caso de que no se den las condiciones operativas, deberían ser derivados los pacientes a otra unidad médica, con reporte en las siguientes 24 horas. (O)