Por fin una reforma integral al sector petrolero. Para tornar competitivo al sector hidrocarburífero, mediante decreto el presidente Lasso dispone una política petrolera integral destinada a enderezar todas las ineficiencias acumuladas en décadas.
Se ordena transparencia. Toda la información de la comercialización internacional del petróleo de la última década debe salir a la luz. Saltará a la vista la corrupción en que se ha desenvuelto la comercialización externa del petróleo. Hoy, la justicia tanto de EE. UU. como de Suiza investigan las coimas que por millones de dólares han pagado comercializadoras petroleras de esos países a funcionarios ecuatorianos. Dentro de ese espíritu, las entidades públicas del sector petrolero deben volver a publicar los datos de producción diaria por operadora y campos, así como de ventas y compras de hidrocarburos que suspendió el gobierno anterior. ¡Transparencia!
Lo que dispone el presidente va en la línea maestra de su gestión: eliminar ineficiencias y favorecer la competitividad.
Establece 60 días de plazo para que las autoridades petroleras informen sobre el estado de las refinerías y de las instalaciones de transporte, y los procesos de transferencia de la operación de las refinerías a manos privadas. Por fin tapar ese hoyo que se ha tragado tanto dinero: más de cuatro mil millones de dólares invertidos en refinación durante el correato, sin que el país logre producir combustibles ni en cantidad ni calidad suficientes. También se venderán las gasolineras: el Estado no debe invertir en negocios que los privados manejan muy bien.
De importancia primordial es crear las condiciones para atraer inversión privada en la búsqueda de petróleo y la inversión en los campos actuales para aumentar la recuperación de crudo. Es hoy o nunca, puesto que ya está en marcha una estrategia mundial para cambiar el petróleo con energías renovables.
La atracción de inversión requiere desde acciones administrativas y cambio de reglamentos hasta reformas legales. El presidente dispone plazos de entre 30 y 100 días para que estén listas las acciones, los cambios y proyectos de reforma requeridos.
No incluye el decreto una meta de producción: el millón de barriles diarios ofrecidos durante la campaña. Quizá exceso de cautela. Pero, ¿habría sido tan exitosa la vacunación, si no se hubiera comprometido a 9 millones de vacunados en 100 días? Que el presidente anuncie una meta de producción a alcanzarse a fines del año y que formule metas anuales, que las autoridades deban cumplir. Desde el primer momento puede aumentarse la producción: hay pozos cerrados que pueden reincorporarse rápidamente. Para cuando termine su periodo, si no estamos en el millón de barriles, al menos que ya estén en marcha las acciones que estén llevando al millón.
El Ecuador es el segundo país de Hispanoamérica de mayor potencial petrolero según estimaciones internacionales, solo superado por Venezuela. Sin embargo, nuestra producción es discreta. La política petrolera ha sido cortoplacista. Durante el largo correato, el país se consumió las reservas recuperables y no invirtió en exploración para remplazarlas.
Con reglas claras es posible atraer inversión y producir más petróleo. El país la necesita. Sin ello, la salida de la crisis y la recuperación del empleo son cuesta arriba. (O)