En un seminario internacional de derecho constitucional celebrado en Quito, el Dr. Joseph Jacobs, de la London School of Economics de Londres, decía: “La característica de la Constitución inglesa es el hecho de que no está escrita. Algunos, solo algunos, dicen que no existe”. La Constitución de Estados Unidos, del año 1787, es la más antigua constitución escrita, con más de 240 años de antigüedad y de 4.300 palabras. Es necesario tener como referencia histórica estas dos constituciones. Si bien pertenecen al derecho originario en estos países, tienen distintos orígenes y objetivos. La Constitución inglesa se viene formando desde antes de la carta magna de 1215, cuando fue forzado el rey Juan de Inglaterra a firmar con sus súbditos por sus múltiples violaciones de leyes y tradiciones antiguas con que se había gobernado Inglaterra y por las luchas por los derechos del pueblo contra la opresión de los monarcas. La Constitución estadounidense pretendía aglutinar las 13 colonias con diferentes intereses en una sola nación, con principios de igualdad y contra excesos de poder, y el propósito de la declaración de derechos era dejarlos como principios legales que debían aplicarse en tribunales y cortes y que lo ahí establecido no esté sujeto a la manipulación política.

¿Está al servicio del poder?

El Ecuador ha tenido 20 constituciones desde la de 1830, en la que se establece básicamente la unificación de los tres departamentos (Guayaquil, Quito y Cuenca) y la forma de gobierno. La Constitución inglesa podríamos decir que comienza a estructurarse a partir de la carta magna y tendría más de mil años, periodo durante el cual fue transformándose desde el poder absoluto de la monarquía hasta la presente fecha, en que se dice “que el rey reina, pero no gobierna”. Pero lo más importantes es que los ingleses llevan el respeto a esos principios constitucionales en su espíritu y en su vida pública y privada. Los americanos han respetado la Constitución y conservan el respeto a la ley en todas sus manifestaciones; la modifican con enmiendas que solamente la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos puede aprobar.

Muerte cruzada: lecciones

La Constitución del 2008, en el periodo del expresidente Rafael Correa, fue aprobada por referéndum con su apoyo total. Muchos ciudadanos votamos en contra, pero la aprobó la mayoría. Transcurridos casi 15 años de vigencia, nos damos cuenta de que fue un caballo de Troya del proyecto autoritario del exmandatario, y que las disposiciones reglamentarias administrativas y las declarativas que constan la han convertido en una camisa de fuerza que impide cambios y modernizaciones. Esto complementado con leyes orgánicas y reglamentos que han destruido la institucionalidad y nos han convertido en una república del caos.

Esta Constitución tiene en el numeral segundo del artículo 83 unas frases quichuas que dicen: “Ama killa, ama llulla, ama shwa (no ser ocioso, no mentir, no robar)”, pero ni el Gobierno ni los indígenas que patrocinaron esta Constitución las cumplieron. Esta frase era norma vigente en el incaico y luego hasta aprobada por la ONU. También se la leía alrededor de 1930 en la bandera del partido aprista de Perú. (O)