Hasta lo último que supimos, más de 13 mil personas puso a disposición de las personas interesadas. Durante dos días, la televisión retrató la dramática escena: una fila interminable de hombres y mujeres, incluyendo madres con niños, personas mayores y jóvenes con título universitario, durmieron en la vereda desde la noche anterior y ocuparon no sé cuántas cuadras para intentar obtener un puesto como ‘obrero de recolección’, con un sueldo básico de 455 dólares mensuales más beneficios, insuficientes para mantener a una familia de manera digna en el Ecuador actual. Esta escena condensa la miseria de nuestro país y de su capital en varios aspectos, empezando por el problema del desempleo como lo más evidente.