Conmemorar fechas es imprimir huellas simbólicas. En ellas se inscriben los pactos con el tiempo y la esperanza de preservar la memoria. Hay una larga lista de acontecimientos de la historia universal y local que impactan nuestra realidad de manera diferente. Las acogemos y aprovechamos los días de asueto, que, en ocasiones, acompañan dichas evocaciones. Sin embargo, hay momentos que son claves en el calendario para promover cambios y luchas. También nos recuerdan que todavía hay mucho por hacer y son un llamado a realizar acciones colectivas.

Hace sesenta y dos años las hermanas Minerva, Patricia y María Teresa Mirabal fueron asesinadas por el régimen del dictador dominicano Rafael Trujillo. “Las mariposas”, como también se las conoce, son un ejemplo de resistencia y emblema de libertad. Sus luchas son la enseñanza de la incursión en el espacio público y la insistencia de que las ideas se las propaga en las calles. En memoria de las hermanas Mirabal, la ONU declaró el 25 de noviembre el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Desde los escenarios de acciones globales es importante observar las medidas que cada Gobierno adopta para erradicar la violencia contra la mujer.

El portal web de ONU Mujeres informa que una de cada tres mujeres han sido víctima de abuso. El texto enfatiza que la pandemia del COVID-19 aumentó las cifras de agresiones, sobre todo porque se debió estar en confinamiento con el agresor.

Hay que tener en cuenta que la violencia contra la mujer incluye la sexual, física y psicológica. Se suelen normalizar conductas agresivas y se minimiza este tipo de violencias. ¿Acaso los llamados micromachismos no son expresiones de arraigadas conductas de agresión?

Los Gobiernos están obligados a garantizar y preservar la vida de las mujeres. En el caso de Ecuador, desde 2018 existe la Ley de Erradicación de la Violencia contra la Mujer que involucra una serie de acciones y a organismos estatales para cumplir con las estrategias que como sociedad necesitamos, para prevenir y erradicar las agresiones de género. En entrevistas, la máxima autoridad de la Secretaría de Derechos Humanos menciona que la falta de presupuesto impide cumplir con los protocolos establecidos. Mientras tanto, las cifras de feminicidios siguen en aumento, la página de la Fiscalía General del Estado registra 506 feminicidios desde el 10 de agosto de 2014 al 7 de noviembre del presente año.

Siempre apelo a la educación. Hay que plantearse cómo formamos hombres empáticos, con nuevas sensibilidades y renovados modos de actuar en el mundo. Las estadísticas no mienten y los agresores son en su mayoría las parejas sentimentales y convivientes de las víctimas. Me van a decir que no son todos los hombres, pero esa respuesta no sirve para borrar las miles de pérdidas que nos dejan sin madres, hijas y amigas. Culturalmente se les exige a los hombres asumir roles dominantes y emprender el ejercicio de un poder vertical y autoritario. Si no trabajamos desde nuestros lugares y no reclamamos cambios estructurales, difícilmente construiremos una sociedad libre de agresiones contra las mujeres. (O)