El invierno y los efectos del fenómeno El Niño en la región Costa vienen en días de lluvias con tormentas eléctricas desde enero y se pusieron fuertes en febrero y más aún en marzo.
Las consecuencias son vías, carreteras, ciudades, pueblos inundados; enseres domésticos dañados; vehículos descompuestos, se apagan los motores, se les mete el agua, caen en huecos, baches, chocan en accidentes por el caos del tránsito; a los conductores con los vehículos dañados los asaltan los delincuentes, nadie los puede ayudar, no hay policías, vigilantes de tránsito, voluntarios. Es difícil ir al trabajo todos los días con lluvia, más aún si no tienen carro; llegan mojados a los trabajos, así se quedan más de ocho horas hasta volver a las casas con lluvia; tienen que meterse en el agua mezclada con el agua sucia de las alcantarillas rebosadas que dan hasta los tobillos, cintura. Agarran enfermedades: gripe, fiebre, trancazo con COVID, conjuntivitis, salpullido por el agua infectada... (O)
Damián Rivera, Guayaquil