El país sufre situaciones difíciles como falta de empleo, inseguridad, desempleo, precios altos, delincuencia organizada, corrupción; por último, se avizora la presencia del fenómeno de El Niño como un agregado a la catástrofe del Ecuador que mantiene a todos en condiciones aterradoras.

Se habla de planes de emergencia, trabajos, cómo asumir solidaridad con las personas... Nos olvidamos de la existencia de Dios. Con nuestras oraciones podemos clamar para evitar o que se aplaque este fenómeno, porque para Dios nada es imposible. Hago un llamado a todos para unirnos en oración. Con nuestros ruegos permanentes conseguiremos su intervención o gracia y así disminuir la grave crisis que vive la nación. ¡Que Dios salve al Ecuador! (O)

Vicente Eduardo Ocaña García, médico, Guayaquil