Esta Navidad nos reunimos toda la familia con motivo del nacimiento de nuestro Redentor, donde en una mesa los 18 miembros de nuestra familia agradecimos a Dios por su generosidad al darnos la oportunidad de estar vivos. Después de orar cada uno tomó la palabra desde el mayor hasta el menor.

Eventos para este jueves 28 de diciembre en Quito por el ‘Día de Inocentes’

Yo inicié el conversatorio con la célebre frase de Antoine de Saint-Exupéry: “Lo esencial es invisible a los ojos”, que todo lo que existe ya fue hecho por Dios, que los humanos lo único que han hecho es descubrir lo que ya existe. Por ejemplo, de la boca y la laringe se inventó el lenguaje, al principio en las cavernas no hablaban, como los niños cuando nacen tienen que aprender incluso a hablar. También se inventó la música del do, re, mi, fa, sol, la, si; después descubrió el fuego que siempre estuvo ahí. La tierra trabaja sola para hacer el milagro de la naturaleza, la semilla siempre estuvo ahí, nadie inventó una. Luego el carbón, la electricidad, el motor, las máquinas, las computadoras, etc., todo a partir de lo ya hecho hasta llegar a la inteligencia artificial.

(...) todo lo que pasa en la vida es producto del mal accionar del propio ser humano que busca (...) hacerse daño...

Después de explicarles esta realidad todos coincidían en que los bienes materiales y el ego, más tarde que temprano, todo vuelve a sus orígenes y que lo más importante es el explorar la enorme riqueza que hay en nuestro interior. Además, que todo lo que pasa en la vida es producto del mal accionar del propio ser humano que busca por todos los medios hacerse daño, para luego exigir a otros que arreglen problemas que ellos mismos crearon vía cirugías, centros de rehabilitación, nutricionistas, etc.

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Falta poco para que termine el 2023: ¿cómo dejar de culparse por no haber logrado sus propósitos y manejarlos mejor en el 2024?

Me gusta la frase de Lao Tse que dice: “el que conoce a otros es sabio, el que se conoce a sí mismo es un iluminado”. Por otro lado, a Buda en su agonía un discípulo le pidió un último consejo y este le dijo: “sé tú mismo y no imites a los demás”. (O)

Hugo Alexander Cajas Salvatierra, médico y comunicador social, Milagro