Un video difundido en redes sociales muestra a un guardia de seguridad privada maltratado por otro guardia –que cuida el predio del dueño– por intentar cobrar remuneraciones atrasadas. Insólito, cuando bien se sabe que urbanizaciones, edificios y empresas lo primero que hacen es recaudar y pagar a los guardias de seguridad para evitar quedarse sin protección.
Igual pasa con dueños de buses alimentadores contratados por el Municipio, que demoran el pago a sus conductores, pese a que la empresa ya había recibido el pago de la ciudad. Es urgente la intervención de Relaciones Laborales y la Alcaldía de Quito. (O)
Diego Fabián Valdivieso Anda, economista, Quito