Políticamente, el Ecuador a partir del cambio de siglo viene tolerando silenciosamente a los inquilinos de Carondelet, egocentristas y populistas que con fines personales deterioran constantemente la escuálida economía.
Estadista es el hombre de Estado, gobernante serio y eficaz que domina las ciencias políticas y además el arte de conducir a los pueblos. Mientras que el populista es aquella persona caudillista que se caracteriza por fascinar a las masas sin dejar de servir a las oligarquías.
Daniel Noboa deroga Código de Ética que imponía reglas de comportamiento para la Función Ejecutiva
En las circunstancias actuales, el país requiere con urgencia de políticas públicas duraderas en el tiempo, que reduzcan el Estado obeso y burocrático, exuberante, que no cumple con sus objetivos y obligaciones fundamentales, que son el servir a los demás y no servirse de los demás.
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Bajo el denominativo de “guerra interna” se dispensará el dinero de los ecuatorianos en una consulta populista, inaplicable, que endeuda exorbitantemente al país tan solo para incrementar los impuestos que afectan a toda la población, devastando a la seguridad social, militar y policial, al tomar dinero líquido y entregar papeles de deuda, peligrando las pensiones jubilares de quienes entregaron su vida y trabajo al país, recortando además los presupuestos para la educación, salud, obras públicas, empleos, etc., deteriorando aún más las condiciones de vida y seguridad integral de los ecuatorianos. (O)
Carlos Eduardo Bustamante Salvador, abogado criminalista, Quito
