Consternado con la impávida actitud del Gobierno, de sus inoperantes Fuerzas Armadas, de la negligencia absoluta de su Policía Nacional, de una Función Judicial extremadamente corrupta con

Seis cantones de Esmeraldas suman 377 asesinatos, 61 menos que en el mismo periodo de 2022

honrosas excepciones, con jueces de cantones que a cientos de kilómetros otorgan medidas sustitutivas a delincuentes sentenciados o capturados en flagrancia, con una patria atacada por los 4 puntos cardinales por las mafias, me pregunto ¿qué pasa?, ¿por qué nadie reacciona?

No reacciona el gobernante que solo da manotones de ahogado y da vueltas en el mismo sitio. No reaccionan las Fuerzas Armadas que nada hacen por atacar y destruir a los enemigos de la patria, que exhibiendo armas sofisticadas atacan sin misericordia alguna a un pueblo inocente y desprotegido.

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Hallan una cabeza humana junto a una iglesia en Arenillas

Estamos en guerra y los llamados a defendernos no hacen nada, así de claro, nada. Es una cobardía sin nombre. ¿De qué valen las armas que una nación les entregó para ser defendida ante ataques criminales? ¿De qué valen los miles de soldados de honor y valentía que concentrados en cuarteles leen día a día en los diarios los horrendos crímenes en las calles de nuestras ciudades? ¿De qué valen los miles de policías que con armas de mediano poder y preparados para defender a la patria de la delincuencia hoy están desaparecidos a partir de las seis de la tarde?

Las ciudades son cementerios abandonados, sin presencia de fuerzas policiales. ¿Dónde, Dios mío, se esconden los miles de policías? ¿Dónde se encuentran que nadie los ve? En lo personal, día a día luego de las seis de la tarde recorro decenas de vías y avenidas de Guayaquil y solo encuentro una que otra moto policial sin apoyo de patrulleros, peor apoyo de soldados de Fuerzas Armadas.

‘Vamos, si me vas a llevar preso, llévame’, tres personas fueron aprehendidas en el sur de Quito por diferentes delitos

Me aterroriza saber y ver que la patria está sola, sin gobernante, sin FF. AA., sin policías, sin jueces que nos defiendan. Se acabaron las condecoraciones, hoy no tenemos más héroes que nos defiendan. La historia de este tiempo se ha escrito con sangre de inocentes y sin nadie que nos defienda. Nos quedamos sin héroes. Tocará revolucionar la patria y buscar héroes que nos salven de entre el pueblo desarmado, porque ahora no se puede esperar heroísmo y valor de quienes cuya obligación y profesión era protegernos. (O)

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José Francisco Intriago Puga, Guayaquil