¿Qué le espera a Zaruma? Esa es la pregunta que nos hacemos diariamente los zarumeños que vemos disminuidas las oportunidades de superar la destrucción a la que ha sido sometida por la codicia de empresas y personas dedicadas a la explotación de oro en el subsuelo de la ciudad, desde hace décadas.

Un primer socavón en octubre de 2016 destruyó totalmente una escuela emblemática de la urbe y afectó viviendas aledañas, desde ese año nefasto, la minería ha continuado destrozando la ciudad; dos nuevos socavones, en el 2019 y 2021, en el centro de la ciudad alteraron su habitual tranquilidad. De ahí en adelante se han declarado varios estados de excepción en Zaruma sin mayores resultados, puesto que hasta la fecha las detonaciones continúan sin que el Estado intervenga eficazmente. En febrero de 2018 una consulta popular incluyó una pregunta en la que el pueblo ecuatoriano se pronunció, afirmativamente por la no extracción de oro y otros minerales en las zonas urbanas, como en el caso de Zaruma. Hasta el momento no se ha aplicado lo resuelto y se sigue, por parte de ciertos concesionarios, y de bandas delincuenciales, en la despreciable tarea destruyendo la ciudad, la cual sufre dramáticamente los efectos. El Ministerio de Energía y Minas acudió presuroso a ‘colaborar’ con el desmoronamiento de nuestro pueblo, al emitir distintos acuerdos ministeriales de delimitación de la Zona de Exclusión Minera dentro del casco urbano de Zaruma, en contraposición con los resultados de la consulta popular, lo cual resulta inconstitucional. ¡Inaudito, inconcebible!, el Estado condenando a la destrucción a Zaruma y auspiciando que la minería ilegal y legal acaben con la ciudad. La ciudadanía ha emprendido acciones legales para exigir que el Estado intervenga en defensa de los intereses colectivos. (O)

Ángel Arturo González Espinoza, Zaruma