Ante el reclamo ya oficial de la Federación de Fútbol de Chile a la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación) por la inclusión en varios partidos de las eliminatorias para el Mundial de Catar 2022 del jugador Byron Castillo, denunciando que este –supuestamente– no es ecuatoriano sino colombiano, si se llegara a sancionar al Ecuador y lo dejaran sin asistir al Mundial, la culpa sería de varios artífices:

Primero, del jugador, si mintió. Segundo, de dirigentes del equipo de fútbol al que él pertenece. Tercero, de una tan manoseada y desprestigiada justicia donde cualquiera que desea obtener un fallo debe averiguar cuánto cuesta. ¿Es así como el caso del jugador Byron Castillo “termina”, dado que un juez dispone y ordena al Registro Civil que lo inscriba como ecuatoriano?; como si eso exime al Ecuador de demostrar legalmente la nacionalidad del jugador; además, internacionalmente, dicho veredicto del juez no tendría valor si se llega a demostrar que, en efecto, el jugador es de nacionalidad colombiana. Cuarto, también tendría culpa la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) si se dejó presionar por dirigentes y cierto sector de la prensa interesada para permitir dicha convocatoria a la Selección y, a su vez, presionar a algún técnico. Si el Ecuador se quedara sin Mundial, todos los que sean culpables deberán dar la cara y aceptar su responsabilidad en lo que sería una vergüenza internacional, motivada por mezquinos intereses personales. (O)

Carlos Eduardo Idrovo Coppiano, doctor en Ciencias, Guayaquil