El pueblo feliz con días de vagancia por feriado por carnaval pasea en diferentes ciudades de Sierra, Costa, Oriente, Galápagos; sin embargo, los que más se cuidan del virus descansan, ven películas, leen... en casa.

Sin embargo, ciertos políticos toman el feriado para avanzar en los pactos para conveniencias personales, formando mayorías con miras de sacarse piedras del zapato o del camino, poner fichas en el tablero público, discuten en una asamblea que desde que empezó a “funcionar” solo ve la paja del ojo enemigo, del opositor, hace amarres; empero en nada benefician al hombre del pueblo que vota, que se rompe la espalda trabajando para ganar el pan. (O)

Damián Beltrán, Quito