Hacer opinión en un medio escrito como EL UNIVERSO ofrece la oportunidad de conocer el parecer de lectores y ciudadanos de bien, como el que consta en un documento preparado por el economista Jorge Loor Zambrano, cuyo envío agradecemos, que contiene una propuesta digna de detenido análisis de los gestores de políticas y de los actuales presidenciables, que busca robustecer la maltrecha economía con el ejercicio de una actividad limpia, clara, efectiva, sustentable, no contaminante, de rápido desarrollo y de gran proyección hacia el futuro.

Se trata de aprovechar la potencialidad de la variabilidad climática y biodiversidad ecuatorianas, por sus activos naturales con microclimas pródigos en factores favorables al turismo breve, cautivador hacia la vida permanente y feliz de jubilados de países desarrollados atraídos por lugares que ofrezcan un ambiente sin modificaciones traumáticas de temperatura, ni sujetos a huracanes, nevadas, sequías, inundaciones, intensos y frecuentes; que además abran espacios para nuevos planes o el ejercicio de afinadas habilidades e inclinaciones, con seguridad personal, alegría, comodidad y bajo costo, que no encuentran en sus comunidades de origen.

Los últimos sucesos ratifican que el cambio climático es una realidad, conviviendo con pandemias sin fin, que obligan a identificar sitios de pasantía confiable, tranquila, que escapen o minimicen esas aberraciones, fuera de regiones arrasadas por terribles borrascas, que continuarán mientras siga la agresión de gases de efecto invernadero, ocasión para escoger parajes donde los termómetros no registren drásticas variables. Esos escasos oasis de esperanza se encuentran en todas las provincias, razón para que el país se mantenga en los diez primeros lugares con esas virtualidades, según el ranking de revistas internacionales especializadas.

Son un irresistible atractivo para decidir el destino de inversiones agrícolas para siembra de frutales y hortalizas en granjas periurbanas de esparcimiento, aptas para la vida en paz, a orillas del mar o en los valles templados de la Sierra o en las planicies del inmenso y dispar litoral, todos con infraestructura básica, propicios para proyectos de cultivo de especies selectas, de afamado consumo, nutritivas y con ventajas funcionales. Es una maravillosa e inmediata alternativa para aportar al desarrollo económico y social del país.

El empresario Loor Zambrano, en el trabajo aludido al inicio de esta nota, demuestra el beneficio económico de un consistente programa orientado a la migración de jubilados extranjeros, sería tan significativo como que podrían ingresar al Ecuador alrededor de 15.000 millones de dólares en corto tiempo si se lograse canalizar el flujo de viajantes retirados hacia los distintos enclaves zonales, lo cual mejoraría la liquidez y robustecería la dolarización, con agregados sociales y laborales altamente cuantificables, con solo adoptar medidas que faciliten y aceleren el ingreso de capitales para invertir y residir temporal o arraigadamente, abatir trámites innecesarios y el Estado cumpla con su deber de garantizar la tranquilidad y seguridad general. (O)