El debate presidencial organizado, el pasado fin de semana, por el grupo de medios liderado por el diario El Comercio, con el apoyo de la oenegé Participación Ciudadana, constituye un valioso aporte para que los ecuatorianos perciban de los candidatos otros ángulos que no son visibles en las imágenes producidas para la propaganda.

La audiencia sopesa desde las ausencias de quienes rehuyeron debatir –Yaku Pérez y Andrés Arauz– hasta la solidez de las propuestas, la solvencia para tratar los temas relevantes para el país y el respeto demostrado hacia los otros participantes.

El Debate presidencial 2021 se realizó en dos jornadas. El sábado 9, Ximena Peña, Guillermo Lasso, Paúl Carrasco, Giovanny Andrade, Carlos Sagnay, Gustavo Larrea e Isidro Romero expusieron su visión sobre salud y pandemia; economía y empleo; seguridad; y corrupción. El domingo 10 se presentaron: Juan Fernando Velasco, Pedro José Freile, Guillermo Celi, Xavier Hervas, César Montúfar, Gerson Almeida y Lucio Gutiérrez.

Los 14 candidatos tuvieron la atención de un amplio número de electores, generando quizás inquietud en ellos para buscar más información sobre sus planes de gobierno o de su campaña, que en esta ocasión debe realizarse con restricciones para evitar la propagación del coronavirus SARS-CoV-2, con mayor razón ahora que se confirmó la presencia en Ecuador de la variante inglesa del virus.

Están pendientes de realizarse el debate de la Cámara de Comercio de Guayaquil, anunciado para el 14 y 15 de enero, y el que por ley debe efectuar el Consejo Nacional Electoral, previsto para el 17, que con seguridad harán aportes complementarios, como cuestionar la factibilidad de las propuestas, algunas no alineadas con la realidad o con el marco constitucional.

Buena parte de los votantes indecisos tal vez decidan su voto frente a la papeleta, por ello cada espacio de debate es una oportunidad para explicar cómo se logrará superar, con acciones concretas, el sobreendeudamiento, la falta de empleo y las prácticas corruptas. (O)