Ahora todos echan la culpa al Gobierno, alcaldes, COE, autoridades, policías, militares ... por las nuevas medidas nacionales por la pandemia, ya que no les consultaron y no podrán trabajar, porque van a perder dinero, porque se suspendieron actividades, hay estado de excepción.
El COVID-19 está atacando más rápido. Muchos tenemos amigos, conocidos, parientes que se han muerto en diciembre o están inconscientes, llenos de mangueras y tubos en las casas de salud.
La culpa del aumento de muertos y contagiados es de cada una de las personas del Ecuador, por la irresponsabilidad, la desobediencia que tiene cada uno, las medidas de bioseguridad. No toman medidas si salen a la calle, a trabajar, a comprar, a los malls, a los hospitales, bancos, supermercados, mercados, peluquerías, playas, consultorios...; cantan en las iglesias sin las mascarillas; no hacen el distanciamiento social en las colas, en el transporte, etc. Van a restaurantes, cafeterías, heladerías, después de comer se quedan conversando y no se ponen la mascarilla... ¡Cómo no se va a regar el virus! Dicha desobediencia es en el Ecuador y en todos los demás países, es global.
El 24, 25, 31 de diciembre, 1 y 6 de enero todos tenían planes con el objetivo de beber, comer, bailar, amanecerse con los amigos, compadres, parientes, vecinos; todos los padres, abuelos, hijos, nietos, nueras, yernos, hermanos, cuñados, consuegros, primos, parejas, mascotas... Muchos dicen “mi familia no tiene el virus”. ¿Cómo saben? ¡Qué riesgo, irresponsabilidad! (O)
Marcelo Jaime Ch., Guayaquil