Si fuere cierta la célebre leyenda de Pinocho, que curiosamente también se trataba de una marioneta de madera, el señor presidente Alberto Fernández no tendría posibilidad alguna de cumplir con las normas mínimas de la pandemia, dado que no encontraría barbijo alguno acorde con el tamaño descomunal que tendría hoy su nariz.
No hace falta escarbar demasiado en los archivos para descubrir que, según su costumbre, jamás dice la verdad. Basta solo con recordar lo que decía hasta hace poco tiempo (muy poco) de la vicepresidenta y del kirchnerismo en general. En ambos casos se refería a ellos como el mayor ejemplo de corrupción y latrocinio en la historia argentina. Hoy trabaja para ellos. Sin embargo, lo peor de todo es que hoy como presidente de todos los argentinos sigue mintiendo con absoluto desparpajo. Sin ir más lejos, el viernes (18-12-2020), en el Estadio Único de La Plata, en un acto junto con Cristina y Máximo Kirchner, expresó sin atisbo de rubor alguno: “…porque nosotros no le robamos a la gente…”. Los dos últimos sumamente incómodos tragaban saliva y rogaban para que cambie de tema. Luego, refiriéndose a los más vulnerables dijo: “… Es impresionante ver cómo los que menos tienen son los más solidarios. Tienen poquito pero lo comparten…, abrazan y abren el corazón y eso nos salvó..., las cosas que hicimos sirvieron para salvar muchas vidas humanas”. ¡Mientras tanto, en el Senado se estaba tratando su propio proyecto para terminar con la vida humana! Como vemos, si sigue así, se deberán conseguir muchos metros cuadrados de género para fabricarle un barbijo que pueda cubrir su gigantesca protuberancia olfativa. (O)
Francisco García Santillán, Buenos Aires, Argentina